El 15 de abril de 2007, hace poco más de diez años, un joven Leonardo Ponzio tenía la posibilidad de debutar en un superclásico oficial de la mano del técnico Daniel Passarella. Y lo hacía en territorio hostil: visitó a Boca en la Bombonera con la camiseta de River. Aquella tarde, con el empate 1-1, empezó una historia que cambió para siempre la vida futbolística del hombre de Las Rosas, Santa Fe.
«Todos los clásicos son especiales porque te marcan. A mí me han marcado a lo largo de mi carrera», dice el volante de 35 años, capitán y máximo referente del actual plantel millonario. Aquella tarde de abril, River formó con: Juan Pablo Carrizo; Paulo Ferari, Cristian Nasuti, Eduardo Tuzzio; Federico Domínguez, Augusto Fernández, Oscar Ahumada, Ponzio, Fernando Belluschi; Mauro Rosales y Marco Ruben. De los once, el único que está en el club es él.
Hoy, a horas de disputar su superclásico número 16 -es el más experimentado del plantel-, el volante sigue viviendo todo como si fuera la primera vez. «Hay que disfrutar todos los clásicos de la misma manera. Es un privilegio, y si no lo afrontás como si fuera el primero, por ahí lo sobrás. Y nunca hay que hacer eso», explica, y agrega la importancia de lograr un triunfo. «El resultado va a marcar algo. De ganar, nos favorece a nosotros y a otros tantos equipos que vienen desde atrás, por lo que se va a armar una etapa de finalización del torneo más entretenida. Aspiramos a eso: ganar para acercarnos, sino seguiríamos lejos. Nosotros vamos a tener rivales difíciles, y Boca también. Faltan puntos, pero es el momento para descontar».
Tal vez, desde las dos series de Copa Sudamericana 2014 y Copa Libertadores 2015 en las que River eliminó a Boca, Ponzio quedó como la figura emblemática de los clásicos por su juego y su entrega. «Últimamente se valora más al jugador con sacrificio que siente pertenencia a un club y es muy reconocido. Creo que para estar en una institución, hay que sentirse para para poder brindarse al máximo», reflexiona. Pero eso sí, sabe que el domingo será un panorama distinto: «Son partidos diferentes. No es una definición de ida y vuelta como se da en las copas. Tenemos que tener un buen partido y ganar para acercarnos. Va a ser lindo como todos los superclásicos».
Dentro de la intimidad del grupo, a horas de un duelo vital, el capitán elige no estar encima de sus compañeros y no hablar del panorama que se puede llegar a encontrar el equipo en la Bombonera. «Casi todos han jugado algún superclásico, y meterle antes en la cabeza todo lo que puede llegar a suceder no creo que sea bueno. Por ahí es rellenar algo innecesario porque después podés llegar estresado. En las horas previas, cada uno ya lo va viviendo individualmente y no hace falta que yo hable. Conozco al plantel, saben llevarlo y está bueno que suceda todo así».
¿Cómo se prepara esta clase de encuentros? «Cambia mucho a diferencia de otro, más que nada en cómo lo enfocás. Cada uno lo toma de una manera y se prepara. Los clásicos son distintos a todos los partidos. hay presiones y nervios, más que nada cuando vas a jugar de visitante. Uno tiene que estar bien de la cabeza y con mucha predisposición para que todo sea positivo», explica Ponzio, quien solo le marcó a Boca en el empate 2-2 del Torneo Inicial 2012, y cuenta también que el técnico Marcelo Gallardo elige la misma postura. «Él nos conoce. Tenemos gente adentro que sabe cómo vivimos el día a día y el profesionalismo en este grupo está por encima de todo. Si no sos profesional, no estás a la altura de esta camiseta. Cuando estamos concentrados, empezamos a hablar, pero lo normal».
Con contrato hasta junio de 2018, la visita a la Bombonera podría significar uno de los últimos clásicos del volante, aunque todavía no cree que esté cerca su retiro, pese a que lo va preparando. «No siento que esté llegando el momento pero me gusta adelantarme. No sé si está bien o mal, pero me resulta cómodo. Hay que esperar cómo se va a sortear mi último torneo. Espero disfrutar estos momentos», cuenta Leo, y agrega: «Uno cuando se expresa y va más allá, lo hace también para uno mismo. Cada vez que hablo con gente que se ha retirad, me dicen que me tengo que preparar. Me convence adelantarme a los hechos, sabiendo que solo me queda un año después de junio. Me hace sentir en órbita de lo que puede pasar. Dependo mucho del físico, y la cabeza es la que lo mueve, y eso tiene que estar bien. Hay muchas cosas de gente que se ha retirado que yo no quiero vivir, los reproches que reciben. entonces uno abre el paraguas y es lógico».
Ponzio y el clásico, en seis frases
La importancia de marcar a Gago. «Sabemos que es un buen jugador y que el juego de Boca pasa mucho por él. Intentaremos hacerle sentir la marca y nosotros controlar la pelota para quitarles el fútbol a ellos. Están haciendo las cosas bien y por eso están primeros. Pero nosotros tenemos que marcar nuestro ritmo».
El reclamo de Guillermo Barros Schelotto por los penales. «No importa, solo son chicanas de superclásico».
El recuerdo de la noche del gas pimienta. «Ya está, esperemos que no vuelva a suceder. No hay que retirarlo demasiado. Las cosas malas hay que dejarlas a un costado».
La posible dinámica del juego. «Será un partido de muchos goles si se da un ida y vuelta constante. Si se hace un juego más táctico, enfocado a no cometer errores, se puede exprimir un poco menos todo. Nosotros no tenemos que quedar expuestos, controlar el partido si se puede y sino defender en grupo».
La clave de Nacho Fernández. «Es el jugador que nos genera fútbol y nos da la posibilidad de hacer las cosas de manera diferente. Es importante que esté».
El rendimiento de River. «Estamos bien, desde que pasamos el empate con Unión, tenemos una dinámica positiva. Nuestro juego se viene valorando y viene siendo eficaz. Hay que lograrlo también en un superclásico. A nosotros nos va a marcar para bien si hacemos eso, sino hay que seguir trabajándolo en un futuro».
Fuente: la nación