Una veintena de jefes de Estado y gobierno de todo el mundo despidieron en el primer funeral de estado europeo de la historia los restos del ex canciller alemán Helmut Kohl, considerado el arquitecto de la reunificación alemana y motor de la integración europea, en la sede del Parlamento Europeo en Francia.
El deceso de Kohl, quien murió a los 87 años el 16 de junio en su hogar de Ludwigshafen, en el suroeste de Alemania, causó profundo pesar tanto en su país como en Europa y el resto del mundo.
Líderes mundiales de diferentes orientaciones políticas, desde la primera ministra británica, la conservadora Theresa May, encargada de negociar la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), hasta el primer ministro ruso, Dimitri Medvedev, o el primer ministro israelí, Benjamin Netanhayu, se reunieron para dar su último adiós al mandatario en la sede la Eurocámara en Estrasburgo, ciudad francesa fronteriza con Alemania que simboliza la reconciliación y el sueño continental.
Cubierto únicamente con una bandera europea, el ataúd con los restos de Kohl ocupó el centro del hemiciclo.
«Sin él las vidas de millones de personas que hasta 1990 vivían del otro lado del muro habrían sido diferente, incluso la mía», afirmó la canciller alemana, Angela Merkel, quien creció en la Alemania del Este, consignó la agencia de noticias ANSA.
Merkel, encargada del cierre de los discursos de homenaje, destacó el papel del fallecido líder en la reunificación alemana y aseguró que «cosas como el euro hoy no existirían sin él».
«Ahora nos toca a nosotros mantener su legado», subrayó la canciller alemana, quien agradeció las oportunidades que le brindó como ministra de su gabinete, al tiempo que reconoció haber tenido «algunas discrepancias» con el ex canciller (1982-1998).
«Helmut, gracias a las oportunidades que hemos recibido de usted alemanes y europeos. Usted consiguió cosas inmensas, descanse en paz», afirmó emocionada Merkel, vestida de riguroso negro.
Tras la revolución pacífica de 1989 en la República Democrática Alemana (RDA), el político democratacristiano negoció a contrarreloj con los mandatarios de Estados Unidos, la Unión Soviética, Reino Unido, Francia y la UE las condiciones para volver a unificar a su país.
Pero Kohl no sólo fue recordado por su rol en la reunificación de Alemania, sino también de una Europa aún marcada por las heridas de la Segunda Guerra Mundial.
En palabras del presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, el ex canciller era «un patriota alemán y un patriota europeo».
«Hemos perdido a un gigante de la posguerra», sentenció Juncker, quien también recalcó su labor en pos de la reconciliación con Israel y sus esfuerzos por integrar a los países del Este.
Por su parte, Medvedev destacó las estrechas relaciones que tuvo el canciller alemán con su país, quien, a su juicio, «entendió que Europa también tiene un espacio para Rusia».
«Fue el arquitecto del orden mundial», agregó el premier ruso.
En tanto, el ex presidente de Estados Unidos Bill Clinton (1993-2001) recordó que el fallecido líder alemán deseaba un mundo interconectado y sin una potencia dominante.
«Quería crear un mundo en el que nadie dominara», señaló el ex mandatario estadounidense, que identificó el legado de Kohl como «un mundo interdependiente donde las fronteras parecen redes más que muros», reprodujo la agencia de noticias EFE.
En tanto que el jefe de Estado francés, Emmanuel Macron, quien junto a Merkel se erigió como responsable de dar continuidad al legado de Kohl en la integración europea, aprovechó el funeral del ferviente europeísta para defender el proyecto europeo y el destino común de la UE.
«A los que pretenden hoy que los tratados europeos son una mera construcción tecnocrática, quiero decir, delante de Helmut Kohl, que es porque (…) han dejado que se apague la llama sobre la que se redactaron» y «el destino que los ha forjado», consideró.
«Hoy no tenemos ningún motivo para resignarnos. Más bien tenemos motivo para ser optimistas con realismo», dijo Macron en alemán, reportó la agencia de noticias DPA.
La ceremonia en el Parlamento Europeo se cerró con el himno nacional alemán y la «Oda a la alegría» de Beethoven, adoptada como himno del bloque comunitario en 1985.
Posteriormente, ocho soldados del Wachbataillon alemán retiraron el ataúd de la Cámara, que fue trasladado a Alemania, donde tuvo lugar una segunda ceremonia religiosa y una misa en la catedral de Espira, localidad en la que Kohl se refugió de niño después de que los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial destruyeran su ciudad natal.
A las exequias europeas acudió la viuda de Kohl, Maike-Richter Kohl, pero no así los dos hijos del ex canciller, Walter y Peter, que están enemistados con la segunda mujer de Kohl, a quien acusan de haber aislado al padre de su familia y de su entorno más cercano.
Esta semana el Viejo Continente perdió a otra gran europeísta y figura del feminismo europeo, la política francesa Simone Veil.
La desaparición de estos dos iconos de la unión europea tiene lugar en momentos donde la UE busca relanzar su proyecto de integración política y económica en medio de un quiebre del consenso entre sus 28 socios, las negociaciones por el Brexit y de un auge de los euroescepticismos nacionalistas.
Fuente: Telam