Barbie Vélez y Fede Bal tuvieron una noche difícil. La medida perimetral que rige en la causa en la que ella lo denunció por violencia de género sigue su cauce y tuvieron que estar en estudios separados. Luego de quedar ambos sentenciados, de bailar el duelo y de ser filmados cada uno en sus respectivos taxis, las luces se apagaron y cada cual volvió a su casa.
Sin embargo, no todo iba a seguir siendo igual. Ni bien la hija de Nazarena Vélez salió del piso, la interceptó un notero de Este es el show. Se la notaba compungido y con lágrimas en los ojos, por lo que decidió esquivar la cámara.
Minutos más tarde, mientras caminaba comentó: «Fue una noche horrible». En el trayecto hasta el camarín el periodista le hacía preguntas y ella, con el llanto a punto de salir, respondía con breves movimientos de cabeza asintiendo o negando. Cerrado la puerta, la cámara mostraba por una pequeña ventana el rostro de la actriz llorando desconsoladamente.
Pero la nota no terminaría allí ya que, cuando finalmente salió al estacionamiento, la aguardaba el notero del programa. Más calmada y con anteojos de sol puestos, dijo: «No me da ganas de seguir así. Es un momento horrible. No es un juego, la gente a veces no toma conciencia».
Cuando le preguntaron si sentía sobrepasada, respondió con la voz quebrada: «No sé, no sé si ahora lo puedo manejar». Luego agregó: «No sé qué hacer, no sé si seguir. Me angustió mucho eso. No me gusta verme así».
