¿Cómo impacta la pobreza y el aumento de los empleos precarios en los hogares?
El relevamiento de la ODSA-UCA muestra que el 31% de los hogares encuestados recortó gastos en atención médica; el 29,4%, en la compra de medicamentos; el 27,1% admitió que no pudo pagar alguno de los servicios públicos como gas, luz y agua, y el 29,9% no pagó alguna tasa o impuesto. Todos estos indicadores empeoraron entre dos y seis puntos porcentuales en la comparación con el mismo período de 2023.
Los medicamentos, por su parte, aumentaron un 161% interanual en el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA) frente a una inflación de 166% interanual. Las prepagas escalaron hasta 250,6% interanual en esta región, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC).
La inseguridad alimentaria es otro indicador que mostró un retroceso en la Argentina. Uno de cada cuatro hogares no tiene todas comidas diarias aseguradas en 2024, mientras que la proporción era uno de cada cinco en 2023. Incluso, la “inseguridad alimentaria severa” registró 12,5% este año, mientras que el pasado era 11,8%.
Teniendo en cuenta todas estas variables, la UCA procesó su índice de pobreza multidimensional, que considera otras necesidades básicas, además de los ingresos. En 2024 este indicador trepó a 41,6%.
Asistencia social: ¿cómo contribuyó en la pobreza?
En Argentina, sin la Asignación Universal por Hijo (AUH) u otros programas de apoyo económico oficiales, se proyecta que la pobreza podría haber escalado 5,5 puntos porcentuales más. De hecho, en 2024 creció la proporción de hogares asistidos a 36,3%, en comparación con un 35,9% en 2023.
La infancia sigue siendo la población más afectada por la pobreza, en 2024 se estima que un 65,5% de los niños/as entre 0 y 17 años residían en hogares con ingresos por debajo de la Canasta Básica total (de estos un 19% eran pobres indigentes).
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