Entre los temas que grabó Claudio Acosta, se encuentra «Aroma de infancia», a través del cual describe la santiagueñidad.
LBD: En Aroma de infancia, cuentas parte de tus vivencias…
CA: Hago un relato de lo que eran mis abuelas haciendo el pan. Una lo hacía porque era su estilo de vida de aquel tiempo en el que había que hacer el pan para comer, y la otra lo hacía como medio de trabajo, era la chipaquera del barrio El Triángulo, doña Nely.
Toda la gente sabía que entre las cinco y las seis de la tarde, estaban saliendo los chipacos, tortillas, y eran codiciadas. Tomar mate cocido con ese chipaco son cosas que no te olvidas más.
Los domingos eran días de fiesta para mí en mi infancia. Esta canción «Aroma de infancia», habla de esos momentos. El domingo era un día de trabajo muy fuerte, porque además del pan se hacían empanadas para vender en la casa de mi abuela. Éramos testigos privilegiados cuando salían las primeras empanadas, salían tan calientes que mi abuela cortaba una hoja de parra y esa era la servilleta natural en la que comías la empanada.
Mientras tanto, mi abuelo ponía las batatas al rescoldo, ´dulce ansiedad de mi infancia, las batatas al rescoldo´. Esas cosas son las que marcaron a nuestro pueblo como santiagueños y como norteños, porque al final este tipos de anécdotas las encuentras en todos lados, en toda América Latina y descubrir eso fue muy importante para mí.