A la hora del ensayo, pasadas las 5 de la tarde, el calor aún era insoportable. En los alrededores de la Universidad Nacional del Litoral, en la ciudad de Santa Fe, las calles despobladas por las altas temperaturas contrastaban con los efectivos de la Policía Federal y de la Gendarmería apostados desde la noche del viernes, y reforzados desde las primeras horas de ayer.
Roberto Lavagna, que llegó en el vuelo del mediodía del sábado -retrasado unas horas por las tormentas que azotaron a la ciudad de Buenos Aires- y ocupó junto a sus colaboradores varias habitaciones del hotel InterTower, fue el primero en pisar el Paraninfo del rectorado de la universidad en el que esta noche debatirán por primera vez Mauricio Macri, Alberto Fernández, José Luis Espert, Nicolás del Caño y Juan José Gómez Centurión, además del ex ministro, de cara a las elecciones del 27.
“Espero que el debate ayude a clarificar un poco más las posiciones de todos. Ustedes han visto los estudios que se hacen, que dicen que un porcentaje importante decide incluso en el cuarto oscuro. Es bueno que esté la posibilidad de que los candidatos estén juntos, que tengan un tiempo para explicar algunas cosas”, le aseguró Lavagna a Infobae mientras dejaba el edificio, rodeado de media docena de colaboradores. A pesar del calor agobiante, vestía de saco, camisa y, debajo, una remera.
El Presidente fue el único de los candidatos que no mandó a sus asesores de campaña a participar del ensayo general, una suerte de prueba de luces, audio y de escenario. Algo así como los jugadores de fútbol que reconocen el campo de juego antes de un partido relevante.
La comitiva presidencial recién tiene previsto aterrizar en esta ciudad esta tarde, en uno de los aviones de la flota oficial. Habían anticipado, incluso, que después del debate volverían a la ciudad de Buenos Aires.
El resto de los contendientes, o algunos de los integrantes de sus equipos, pasaron ayer un rato durante la tarde para conocer el Paraninfo. Después de Lavagna, fue el turno de Nicolás del Caño, alojado en el hotel Amarras. Lo siguió Espert, que había llegado a Santa Fe el viernes -duerme en Los Silos-, acompañado por su candidato a vicepresidente, Luis Rosales.
Fernández envió a una comitiva reducida de asesores de comunicación: el grueso llega hoy.
El candidato a presidente del Frente de Todos, que a 15 días de las elecciones se presenta como el favorito a suceder a Macri, aterrizará al mediodía en Paraná, Entre Ríos. El domingo es el único día que no tiene vuelos comerciales entre Buenos Aires y Santa Fe. El lunes tiene agendado un acto en Rosario.
Fernández llegará junto a su entorno más cercano. Además su vocero, la lista la integraban hasta ayer desde Felipe Solá, Santiago Cafiero y Eduardo “Wado” de Pedro hasta Omar Perotti, el electo gobernador de Santa Fe. Sergio Massa estaba en duda por la reciente intervención de Malena Galmarini, operada de urgencia durante la semana.
Es la primera vez que el debate, organizado por la Cámara Nacional Electoral tras la sanción del Congreso en noviembre del 2016, cuenta con la participación de un presidente.
El Presidente, Fernández, Lavagna, Espert, Gómez Centurión y Del Caño darán sus propuestas sobre Relaciones Internacionales; Economía y Finanzas; Derechos Humanos, Diversidad y Género, y Educación y Salud. Casi no habrá cruces entre los candidatos: fue lo que acordaron las principales alianzas electorales durante las negociaciones con las autoridades de la cámara electoral.
Por su importancia institucional, por la complejidad de la crisis y por el resultado de las primarias de agosto, que dejaron a Fernández al borde de la Presidencia y a Macri en una situación de inferioridad, ninguno de los dos principales contendientes quisieron dejar trascender demasiados detalles de sus ensayos. La no participación del oficialismo en la previa del debate de ayer es una señal en ese sentido. Aunque el mandatario es quién más experiencia tiene en este tipo de eventos, desde su época de jefe de Gobierno porteño.
Cristina Kirchner, de hecho, no estará en el debate: mañana presenta su libro “Sinceramente” en El Calafate. Su campaña corre en paralelo a la de su ex jefe de ministros.
Será la única candidata a vicepresidente ausente, según la información de los organizadores: hoy llegan Miguel Ángel Pichetto, Juan Manuel Urtubey, Romina del Plá y Cynthia Hotton, que se suman a Rosales.
Por el contrario, Lavagna, que quedó tercero en las PASO, llegó con antelación a la capital santafesina y se encerró en el hotel a estudiar junto a su equipo. Curiosamente, desde el Frente de Todos habían reservado habitaciones en ese mismo complejo, pero decidieron cambiar al final por el hotel UNL ATE, del sindicato homónimo.
Entre los invitados del ex ministro de Economía, además de Urtubey, figuran el gobernador Miguel Lifschitz -cenó anoche con él-, Matías Tombolini, Eduardo Bucca, Marco Lavagna, Alejandro Rodríguez, Armando Torres y Erica Hynes -ministra de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva del gobierno de Santa Fe-. Lavagna buscará centrarse en “datos”, explicaron.
Por el lado de Macri, como publicó ayer este medio, aterrizará sobre la hora en el aeropuerto de Sauce Viejo junto a Marcos Peña, su esposa Juliana Awada, Pichetto, sus voceros y principales responsables de la Comunicación, los integrantes del equipo de discurso -incluida su fonoaudióloga, Micaela Méndez-, y algunos de sus ministros, entre otros. Y Jaime Durán Barba y su socio Santiago Nieto que, a pesar de malintencionadas versiones, siguen cerca del jefe de Estado.
Cada postulante tiene en total unos 25 invitados: 10 que se pueden mover cerca del candidato -cinco de ellos con acceso más directo- y otros 15 ubicados en las plateas. El Paraninfo, que ayer ya había revisado por personal de la Policía Federal, tendrá lugar para 300 asistentes. Tuvieron que sacar unas 200 butacas para montar las estructuras para las cámaras de televisión, el lugar para los moderados y el escenario con los seis atriles.
Habrá, además, cinco personas que fueron sorteadas para participar del debate. En el de la Ciudad, en la facultad de Derecho de la UBA, serán diez.
A última hora del viernes, una docena de efectivos de la Policía Federal, de Prefectura, Gendarmería, de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), del municipio, de la CNE, la UNL y de Tránsito local participaron de una reunión a la vuelta del rectorado en la que se terminó de cerrar el operativo de seguridad.
Participan todas las fuerzas de seguridad, incluida la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA). Habrá desde las 6 de hoy un vallado especial y un anillo de seguridad. Y 600 efectivos, al menos, dispuestos para el evento.
Ayer por la tarde, el edificio de la universidad era una romería de efectivos y jefes policiales, responsables de la seguridad presidencial, organizadores, y asesores. Santiago Corcuera, uno de los jueces de la cámara electoral, daba vueltas por el lugar. Más tarde llegó Javier Grosman, que trabajó durante años junto a los Kirchner.
Para la noche se esperaban las primeras tormentas, que primero pasaron por Buenos Aires. Cuando Macri y Fernández aterricen en Santa Fe el calor habrá dado algo de alivio. Indispensable de cara al primer debate y el sprint final de la campaña que tiene a ambos candidatos embarcados en una dura pelea, en la que el Presidente corre con desventaja.