Según informaciones publicadas por la prensa mexicana, los niños son hijos de mexicanos, latinos y estadounidenses, procedentes de ambos países. Sin embargo, desde el segundo semestre de 2011 se notó un aumento de los que viven en los EEUU porque tienen la ventaja de la nacionalidad.
Los menores que trabajan para los cárteles y fueron detenidos por el Servicio de Aduanas y Migración de los Estados Unidos (ICE) afirman que el dinero es parte importante de su reclutamiento y también el saber que, como son menores de edad, si los detienen cumplirán condenas de 15 meses en campos juveniles si son estadounidenses, mientras que los mexicanos quieren ser deportados para continuar con sus actividades.
Los pagos que reciben los infantes, explica la DEA, dependen del grupo criminal quelos recluta. Así, Los Zetas y el cartel del Golfo estarían ofreciéndoles un promedio de 500 dólares por paso de droga, mil dólares por cuidar a secuestrados o 1.500 por funcionar como espía para informar cuándo se movilizan las autoridades a ciertos puntos.
San Diego, ciudad fronteriza con la mexicana Tijuana, es uno de los puntos en donde el nivel de reclutamientos aumentó en los últimos meses del pasado año. Precisamente las informaciones señalan que es allí, en el sur de California, en donde el número de niños que fueron detenidos se ha incrementado.
En algunos casos, los niños ya formaban parte de pandillas en los Estados Unidos y al ser reclutados por los cárteles mexicanos les ponen pruebas para obtener su confianza.
