«Si Macri estuvo angustiado los últimos cinco meses, nos tendría que haber llamado», dijo Juan Manzur, gobernador de Tucumán, unos segundos después de terminar con la rueda de prensa que encabezó tras la reunión de gobernadores del PJ en el Consejo Federal de Inversiones (CFI). La frase encierra el principal reclamo de los mandatarios. Están fastidiosos porque el gobierno nacional no los convocó en el momento de mayor tensión dentro de la crisis económica que atraviesa el país y se enteraron de las principales medidas a través delos medios de comunicación. Se sintieron ninguneados. El enojo está compuesto por lo que ellos sienten como un destrato.
Sin embargo, los mandatarios provinciales entienden que la compleja situación económica del país los obliga a dejar los resquemores de lado y colaborar con el oficialismo para que la situación no empeore en los próximos meses. Ese mensaje estuvo presente en la mesa del CFI donde confluyeron gobernadores, legisladores y representantes de la CGT. Hay ánimo de colaborar con la gestión de Mauricio Macri frente a la incertidumbre financiera, pero para eso es necesario que los convoquen. La queja es siempre la misma.
El mandatario tucumano transformó en palabras públicas la discusión interna de la reunión. Oficia como vocero del los gobernadores y es uno de los principales convocantes a los encuentros peronistas con marco institucional. «En una crisis como la que plantea el Presidente tenemos que estar todos. Nos tendría que haber convocado a los gobernadores, a las organizaciones de la sociedad, a los empresarios, a la gente del campo, a los productores, a todos los argentinos», explicó.
Sus palabras tuvieron el respaldo de todos los dirigentes presentes en el encuentro de este mediodía. En el CFI estuvieron los gobernadores Gildo Insfrán (Formosa), Carlos Verna (La Pampa), Rosana Bertone (Tierra de Fuego), Juan Manzur(Tucumán), Gerardo Zamora (Santiago del Estero), Lucía Corpacci (Catamarca),Mariano Arcioni (Chubut) y Adolfo Rodríguez Saá (San Luis). Además, fueron de la partida el vicegobernador de Chaco, Daniel Capitanich y el de La Rioja, Néstor Bosetti.
El líder del Frente Renovador volvió a hablar en público después de un largo silencio
A la reunión también asistieron el líder del Frente Renovador, Sergio Massa; los senadores Miguel Pichetto, Daniel Lovera y José Mayans; los diputados Diego Bossio, Graciela Camaño y Sergio Ziliotto; y los sindicalistas Rodolfo Daer (STIA), Andrés Rodríguez (UPCN), Sergio Romero (UDA), Omar Maturano (La Fraternidad) y Antonio Caló (UOM).
Hubo ausentes con aviso y otros a los que los esperaban pero nunca llegaron. Juan Manuel Urtubey (Salta), Juan Schiaretti (Córdoba) y Miguel Lifstchitz (Santa Fe) fueron invitados, pero avisaron con antelación que no serían parte del encuentro. Desde un principio marcaron su disidencia con la realización de una reunión el día después de los anuncios del gobierno. Consideraban que era apresurado juntarse para emitir una postura común porque aún no había claridad sobre el impacto de los cambios y la implementación de las medidas.
Por otra parte, en el CFI esperaban a Gutavo Bordet (Entre Ríos) y a Sergio Uñac(San Juan), o algún representante del gobierno provincial. Ninguno de los dos asistieron. Ambos se justificaron por problemas de agenda.
La intención de los gobernadores que hoy estuvieron presentes es ampliar la mesa la semana que viene. Volverán a invitar a todos los mandatarios y quizás se sumen otros legisladores. Quieren darle legitimidad y continuidad a una mesa de trabajo desde la que salgan propuestas concretas para el Gobierno y una postura común frente a la gestión de Mauricio Macri. Ese trabajo, entienden, permitirá consolidar lentamente un esquema político nuevo. Una estructura en la que el peronismo federal y el Frente Renovador trabajan desde principio de año con el fin de armar un frente electoral amplio y homogéneo.
Ese camino es que el quiere seguir Sergio Massa. Armar una alternativa política junto a los gobernadores del peronismo y comenzar a desandar una ruta hacia el 2019. Existe una ambición electoral detrás de la ronda de reuniones peronistas, pero en este momento es más importante la economía argentina y las decisiones del Ejecutivo. Es que los gobernadores están preocupados porque no hay parámetros económicos definidos, lo que les impide hacer una proyección sobre sus propios presupuestos provinciales. «Hoy está todo en el aire», se quejó uno de los mandatarios.
Los representantes sindicales plantearon dos problemas durante el encuentro: el aumento del desempleo y la conversión del Ministerio de Trabajo en Secretaria. Están convencidos que esa resolución que tomó el presidente Macri degrada el ámbito de negociación entre los gremios y el gobierno. Para ellos fue una mala señal que se suma a la creciente recesión y a la inflación en aumento, lo que perjudica a la mayoría de los trabajadores.
Los mandatarios movieron una ficha en el tablero político. Expusieron su desencanto con el trato del Gobierno con la oposición, dejaron entrever que no tienen intenciones de poner palos en la rueda en la gestión y pidieron ser escuchados si las decisiones que toma el Ejecutivo van a impactar en sus provincias. Como ejemplo más reciente pusieron el traspaso de los subsidios al trasporte que el Gobierno decidió trasladarle a las provincias este lunes. Aseguraron no haber sido notificados sobre la decisión. «Nos vamos enterando de las medidas que toman en una emergencia a través de la televisión», afirmó Manzur en el final del contacto con los periodistas. La malestar quedó claro.