Cuando confirmó su separación de Luciano Castro, Sabrina Rojas dio una buena pista de cuál fue el motivo principal: “Fue la vida, el desgaste, la rutina. Hubo hastío. No hubo terceros, ni terceras en discordia».
De público conocimiento es el gusto de Castro por el boxeo, pero pocos imaginaban que llevaba su rutina tan al extremo. Según la revista Pronto, el actor sostiene a rajatabla sus propios espacios, como el gimnasio, el boxeo y visitas a sus amigos.
Castro tiene la misma rutina. Todas las noches, inclusive los fines de semana, se acuesta a las 20.30 para madrugar y practicar boxeo y natación a las 5.30. Y si está al frente de una tira, como ocurrió este 2018, que protagonizó 100 días para enamorarse, su tiempo fuera de su casa es mucho mayor.
Rojas aceptó este acuerdo en el inicio de la relación, pero con el tiempo terminó erosionando la pareja.