Los hijos de Lázaro Báez hicieron esta mañana una visita exprés a los tribunales de Comodoro Py para luego volver a recluirse en el hotel de Recoleta donde están alojados desde anteayer.
En el coqueto apart hotel de la avenida Callao, entre Alvear y Quintana, Melina, Luciana y Leandro Báez pasan las horas a la espera de que llegue el día en que cada uno debe declarar en la causa por lavado de dinero.
Están «anímicamente muy golpeados», según reveló esta mañana su abogado defensor, Santiago Viola. Les preocupa su futuro, luego de que la Justicia determinara que los hijos de Báez tienen en Suiza cinco cuentas bancarias de empresas offshore radicadas en Panamá y Uruguay, donde acumularon 25 millones de dólares.
Pese al panorama oscuro, un hecho en las últimas horas les cambió algo el humor: la orden de ayer de la Cámara Federal para que se profundice lainvestigación por lavado también contra la ex presidenta Cristina Kirchner y el ex ministro de Planificación Julio De Vido. «Eso los puso muy contentos», expresó Viola en declaraciones al canal TN. «En parte era algo que Leandro venía manifestando», agregó.
Según reveló el letrado, los hijos del empresario kirchneristas ya tuvieron contacto telefónico con su padre, que desde hace casi dos meses permanece detenido en la cárcel de Ezeiza, aunque no tienen programado hacer una visita al penal.
La única expectativa que tienen en Buenos Aires parece ser sólo cumplir con la citación a indagatoria del juez Sebastián Casanello. Entre el 4 y el 11 de julio, los cuatro hijos de Báez -también está investigado Martín- deberán pasar por los tribunales.
Sin embargo, por consejo de su abogado, Melina, Luciana y Leandro Báez podrían pedir una postergación de la indagatoria hasta tener acceso al expediente. Viola reiteró que Casanello aún no le permitió ver las últimas novedades en la causa.
La visita de hoy a los tribunales de Comodoro Py simplemente se debió a un trámite administrativo. «Simplemente cumplieron la medida interpuesta por el juez de que vengan a firmar una vez por semana. Así que vinieron y se fueron», contó Viola.
