Los mejores y peores programas de TV del año

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El año que se termina fue radical para la TV, ya que «ShowMatch» cedió su supremacía como el programa más visto a manos de la ficción «Graduados», que fue el gran éxito del año, seguido por otros formatos.

Los mejores

«Graduados»: La tira producida por Sebastián Ortega y protagonizada por Nancy Dupláa y Daniel Hendler fue sin dudas la ficción revelación del año gracias a las actuaciones, las participaciones especiales de famosos y los flashbacks a la década de los ’80. El programa que se emitía a partir de las 21 tuvo un promedio de rating de 25 puntos durante todo el año y ya fue laureado en los premios Tato proyectándose así para los Martín Fierro.

«En Terapia»: La adaptación local de la serie «In Treatment», emitida por la TV Pública, fue un deleite para el público que la siguió durante semanas y le dio 3 puntos de rating de promedio con picos de 4 (una marca considerable teniendo en cuenta el canal). Lo más destacado fueron las actuaciones de Norma Aleandro, Diego Peretti, Leonardo Sbaraglia, Germán Palacios y Ailín Salas.

«Dulce amor»: La novela producida por Quique Estevanez, que estaba destinada al horario del mediodía y luego fue al prime time, resultó un éxito con un promedio de 20 puntos, bastante alto para el horario de las 23. La fórmula ganadora se basó en las dos duplas protagonizadas por Calu Rivero-Juan Darthés y Carina Zampini-Sebastián Estevanez, estos últimos con su propio fans club «Las Marcoria», fanáticas de la pareja de sus personajes Marcos y Victoria.

«Tiempos compulsivos»: El unitario de El Trece vino a salvar un año duro por el bajo rendimiento de su predecesor «Condicionados» y lo hizo con creces ya que el producto terminó siendo muy bueno con destacadas actuaciones de los distintos pacientes ambulatorios del espacio terapéutico dirigido por Fernán Miras. Entre los personajes se destacaron el psicópata mitómano de Rodrigo de la Serna y la mujer de múltiples personalidades de Gloria Carrá.

Las películas con Virginia Lagos: El ciclo de películas del corazón conducido por la histórica actriz fue una gran idea de programación de Tomás Yankelevich, ya que con los monólogos y presencia de Lagos los ratings de las películas aumentaron superando los 10 puntos. También ayudó a esto el contacto con los televidentes, que votaban por los filmes que querían ver en pantalla.

Los peores

«Lobo»: La tira producida por Pol-ka empezó mal y terminó mal. La primera mala jugada fue la baja de Celeste Cid antes de comenzar a grabar porque tuvo que ser internada por sus adicciones. Luego, se le propuso el papel a Luisana Lopilato, que eligió seguir como actriz secundaria de la tira, con lo cual se terminó seleccionando a Vanesa González. Más allá de esto, la trama irrealista no convenció, sumado al melodrama truculento relacionado con las logias y la religión, temas muy explotados en el programa.

«Condicionados»: El unitario que hacía referencia a la crisis de una pareja integrada por un director de cine triple X y su mujer, una ex actriz porno, no convenció por lo sobreactuado de los personajes de Soledad Silveyra y Leticia Brédice entre otros, además del guión y de la escenografía muy sobrecargados de clichés del mundo del cine condicionado.

«Los Únicos 2»: La segunda temporada de «Los Únicos» fue el primer desacierto de El Trece del año, ya que la repetición de la misma fórmula y los mismo actores no volvió a convencer al público y el programa fue mudado de horario hasta terminar siendo emitido antes del mediodía.

«Sos mi hombre»: La apuesta fuerte del año con Luciano Castro y una recuperada Celeste Cid a la cabeza no complació del todo al público por las inconsistencias de la historia que opone a un fracasado boxeador y a su amada una médica de otra clase social. Además de esto, en la historia se mezclaron escenas de «Bailando por un sueño» y la reaparición para salvar las papás del fuego de Osvaldo Laport encarnando al mítico Guido Guevara de «Campeones».

«Gran Hermano»: La última emisión del reality fue bastante lastimosa por las escasas mediciones de rating por lo poco interesante de los participantes. El formato se desgastó y hasta su conductor Jorge Rial decidió dar un paso al costado dejando al eterno comentarista de los debates, Mariano Peluffo, a cargo. Para mejorar los números hasta cambiaron las reglas relacionadas con el encierro pero no funcionó.

Fuente: Minuto Uno

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