En lo que refiere al vínculo con los “países desarrollados”, proponen instarlos “a cumplir sus compromisos de proporcionar y movilizar recursos, incluida la meta de movilizar 100 mil millones de dólares por año en financiamiento climático”, a la vez que se busca “promover mecanismos de financiación innovadores para la acción climática, incluidos los canjes de deuda por clima” por parte de esas naciones centrales, como había adelantado el presidente colombiano Gustavo Petro durante su intervención de horas antes.
La cumbre de dos días fue convocada por Lula para acordar una postura unificada sudamericana que apunte a que las naciones ricas financien el mantenimiento de las selvas para detener el dramático proceso de cambio climático.
“Vamos a fortalecer el lugar de los países con bosques tropicales en la agenda global, desde la cuestión del cambio climático hasta la reforma del sistema financiero mundial”, dijo Lula a líderes y representantes de los países amazónicos en la norteña ciudad brasileña de Belém al inicio de la cumbre.
Estrategias
“Desde que se firmó el acuerdo de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica, los jefes de Estado sólo se han reunido tres veces”, dijo Lula al inaugurar la cumbre. “Hacía 14 años que no nos reuníamos. Esta es la primera vez que lo hacemos ante el agravamiento extremo del cambio climático”, dijo Lula, antes de subrayar que la cooperación nunca ha sido más urgente.
El evento también es visto como una prueba de liderazgo de la región en la materia y especialmente de Brasil, tras la vuelta al poder de Lula, que puso fin a cuatro años de negacionismo del cambio climático por parte de su predecesor de ultraderecha, Jair Bolsonaro.
La idea de realizar la cumbre fue presentada por el entonces presidente electo Lula en un discurso el año pasado durante la conferencia de la ONU sobre cambio climático COP27 en Sharm El-Sheikh, Egipto, y se materializó en abril de este año con la programación del evento.
Junto a Lula participaron del encuentro los mandatarios de Bolivia, Luis Arce; de Colombia, Gustavo Petro; y de Perú, Dina Boluarte. También asistieron el primer ministro de Guyana, Mark Phillips y la vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez, mientras que por Ecuador y Surinam estaban representados por ministros.
Por su parte, el presidente de Bolivia, Luis Arce, denunció que Estados Unidos y Europa buscan apoderarse de la Amazonía.
“La Amazonía alberga recursos estratégicos. América Latina y el Caribe son prioridad en la estrategia de seguridad nacional de los Estados Unidos, esto significa que no es solo de interés del Departamento de Estado, sino del Departamento de Defensa. En esa visión, es preocupante que Europa esté en la misma posición, unos buscan controlar la Amazonía de forma militar y otros con ONG”, afirmó.
Arce recordó en su discurso que Laura Richardson, comandante del Comando Sur de EE.UU, dijo en julio que “Latinoamérica es rica en minerales, en tierras raras y litio”, por lo que la funcionaria estadounidense instó a su Gobierno a poner atención a la mayor presencia de China y Rusia en la región.
Considerada durante años el pulmón del planeta, la Amazonía se encamina, según los científicos, a un punto de no retorno, a partir del cual pasará a emitir más carbono del que absorbe, agravando el calentamiento global.
Hoy, los mandatarios de la OTCA se reunirán con representantes del Congo, la República Democrática del Congo (RDC) e Indonesia, países que también albergan en sus territorios bosques tropicales, así como otros invitados como Francia, Noruega y Alemania, con el objetivo de lograr una posición común para presentar en la COP28 que se celebrará este año en Dubái.
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