A diferencia de las redes sociales, los pódcast ofrecen pocas o ninguna opción para que su audiencia comente o refute la desinformación. Esto “hace más fácil difundir el contenido falso, engañoso o sin fundamento con muy poca supervisión”, según destacaron los investigadores del centro Brookings en su reporte de febrero. Rogan retiró un episodio en enero luego de discutir un tuit sobre las vacunas contra el covid-19 que se atribuyó falsamente a un doctor de Florida.
Pero esto es algo inusual, y Wirtschafter asegura que la moderación es algo “de verdad complicado” para las empresas tecnológicas. Un estudio del centro Pew de investigaciones -publicado en abril- encontró que cerca de la mitad de los estadounidenses escuchan algún pódcast y el 87% afirmó que espera que la información sea precisa, lo que representa un nivel de confianza más alto que el de otros medios.
“La relación con el anfitrión es diferente”, explicó Sylvia Chan-Olmsted, directora de investigación sobre consumo de medios de la universidad de Florida. “Es como tener una conversación uno a uno; sientes que esa persona está hablándote”, agregó. “La gente confía más, y es por eso que tiene mayor impacto”.
Otro pódcast que cita el centro Brookings es uno de los más importantes programas de comentarios de noticias de Apple, del activista conservador Charlie Kirk, que afirmó en falso que atletas estaban muriendo por las vacunas de covid-19 y que funcionarios electorales en Arizona manipularon los resultados de 2020. Bannon dijo al diario The New York Times que consideraba su inclusión en el reporte una “medalla de honor” y que lo que otros califican de desinformación, él lo llama “verdad”.
Responder a la desinformación de los pódcast es desafiante porque está descentralizada, basada principalmente en un ecosistema de plataformas de audio con diferentes reglas de moderación.
Spotify, por ejemplo, tiene una política “peligrosa” para prohibir contenido pero que al mismo tiempo busca “respetar la expresión del autor”. La empresa apoyó a Rogan en 2022 cuando fue acusado de difundir desinformación sobre el coronavirus.
NewsGuard, una empresa que califica la credibilidad de sitios web, anunció en mayo que empezaría a evaluar la confiabilidad de pódcast populares y que publicará los índices de unos 200 pódcast en 2024, dando más transparencia a la audiencia y permitiendo a los patrocinadores evitar los pódcast con desinformación o contenidos en desacuerdo con su marca.
Eric Effron, su director editorial, dijo que calificar los pódcast es “más desafiante” que con otros contenidos porque el formato de audio requiere tiempo para escuchar y examinar las transcripciones. “Esto representa una tremenda inversión porque usamos inteligencia humana”, dijo Effron.
La responsabilidad de contrarrestar la desinformación en los pódcast no está clara. Algunos apuntan a las plataformas que los alojan, o a las recomendaciones de los algoritmos de los gigantes tecnológicos como Apple, Google y Facebook.
La analista Wirtschafter, del centro Brookings, asegura que los gobiernos, los anfitriones de estos pódcast y las audiencias pueden -entre todos- ayudar a mejorar la calidad de la información.
“Retirar cosas tal vez no es la mejor solución”, dijo la experta. “Pero agregar más contexto, proveer un entorno más rico, así las personas pueden explorar hechos o tener conversaciones, creo que eso sería extremadamente útil”.
Agencia AFP