Boca pasó de Estados Unidos a Paraguay. De Bradenton, en la península de la Florida, a Ciudad del Este, uno de los grandes centros de la criminalidad y el contrabando en Sudamérica.
¿Cómo fue posible eso? La pretemporada xeneize iba a realizarse en la Academia IMG, en la Florida, pero diversos problemas determinaron la modificación de los planes. Cuando a comienzos de junio Javier Valdecantos, preparador físico de Guillermo Barros Schelotto, viajó a conocer el lugar y diagramar el trabajo, se encontró con un complejo que no cumplía con los requerimientos para alojar a un equipo de fútbol, además de tener graves problemas de logística. Aun así, el preparador físico empleó toda su experiencia y buena voluntad para adaptarse al espacio, pero solicitó cuatro aspectos a mejorar. Desde IMG le dijeron inicialmente que sí, pero luego le confirmaron que no podrían cumplir con esos pedidos. Así, el plan Estados Unidos se derrumbó, para contrariedad de Gatorade, uno de los sponsors del club de la Ribera, que quería a toda costa que el campeón del fútbol argentino se entrenara allí.
Boca canceló los 50 pasajes en clase ejecutiva que había reservado en American Airlines y la multa fue impactante: 300.000 dólares.
Los días pasaban y el equipo tenía lugar definido. Valdecantos le había pedido a Javier Clemente (gerente de fútbol del club) que mantenga la alternativa de la AFA (donde Boca hizo la pretemporada en el verano pasado), pero desde el predio le dijeron que no había disponibilidad, ocupado por el Sub-20.
«Volvamos a Estados Unidos», insistieron los dirigentes. Lo intentaron, pero si bien encontraban pasajes de ida, nadie les garantizaba la vuelta (prevista para el 28 de julio). ¿El motivo? La temporada alta de vuelos al país norteamericano por las vacaciones de invierno.
El cuerpo técnico insistió entonces con ir a Ezeiza, pero a pesar de la estrecha amistad entre el presidente de AFA, Claudio Tapia, y Daniel Angelici, la respuesta fue otra vez negativa. Incluso analizaron trabajar en el predio, pero dormir en un hotel de la zona. Tampoco hubo caso, no se podía utilizar ninguna de las 12 canchas del predio de Ezeiza.
Por qué no, entonces, trabajar en el predio que el club de la Ribera tiene en esa localidad bonaerense. Según le confiaron a la nacion allegados al cuerpo técnico, las canchas están en muy mal estado, y utilizarlas en esas condiciones hubiera implicado exponer a los futbolistas a posibles lesiones.
A días de iniciar el trabajo, se hicieron gestiones para que Boca trabajase en Mapuche y se hospedara en el Sheraton Pilar. Pero Racing había tenido la misma idea antes, Y cuando se intentó reservar en el hotel Sofitel de Cardales,Boca descubrió que el campo de juego no estaba en condiciones.
Descartadas otras opciones por las bajas temperaturas de la época, como por ejemplo Colonia (Uruguay) y Tandil, Horacio Cartés, presidente de Paraguay y amigo personal de Angelici, recomendó el Hotel Resort CIDE (Complejo Internacional del Este). El cuerpo técnico viajó a ver las instalaciones y quedó muy conforme, tanto con la calidad de los campos de juego, como con el clima, con días de entre 25 y los 30 grados. Además, es un predio que fue utilizado por Gerardo Martino cuando dirigía a Libertad, y por Olimpia y por Cerro Porteño, los dos clubes más importantes de Paraguay.
Quizás no sea el lugar soñado por los Barros Schelotto, pero cumple con laos requerimientos básicos de todo equipo de fútbol de alta competencia necesita.