El Mercosur logró este viernes en Bruselas, tras más de 20 años de tratativas, la firma de un Acuerdo de Asociación Estratégica con la Unión Europea, un evento sin precedentes para ambos bloques, y el politólogo Andrés Malamud publicó en su cuenta de Twitter una serie de reflexiones sobre el pacto entre los bloques de países.
El investigador de la Universidad de Lisboa consideró que el contexto internacional «fue clave»: «La disputa entre EEUU y China marginalizó a Europa y a América Latina, incentivando su coordinación defensiva».
En ese sentido, consideró que este era el momento para concretar el acuerdo porque «la actual Comisión Europea termina su mandato en pocos meses, y la próxima será más nacionalista – y menos pro-acuerdo. Era ahora o nunca».
Para Malamud, además, el momento político y el de las organizaciones de países en América del Sur también tuvo su incidencia: «La cooperación política (UNASUR, CELAC) agoniza mientras la integración económica (Mercosur) renace». En esa línea, consideró que en el plano de los liderazgos regionales, «Bolsonaro rompió la tradición diplomática brasileña y dejó a Itamaraty sin rumbo, permitiendo que Argentina tomara la iniciativa y arrastrase a Brasil».
El politólogo también opinó que el acuerdo se alcanzó por otros dos factores: voluntad política y habilitad negociadora. En el primer caso, «contra análisis y pronósticos, Macri se propuso este acuerdo desde el inicio de su mandato. Para bien o para mal, este resultado no existiría sin su determinación»; mientras que en el segundo, hubo «a la cabeza de un solvente equipo técnico, un experto en Europa (Jorge Faurie) y otro en industria y comercio exterior (Dante Sica) (que) urdieron la proeza».
Malamud además se refirió a quienes, en principio, son los que salen ganando y perdiendo con este acuerdo. Para el politólogo, a prior ganan «la industria europea y el campo del Mercosur. Pero la realidad es más compleja y se esconde en detalles aún no redactados». En contraste, salen perdiendo, en principio, «los agricultores europeos y los sectores protegidas del Mercosur. La clave reside en que las ventajas agregadas sean superiores a las pérdidas y las compensen».
Por último, el investigador de la Universidad de Lisboa advirtió que todavía no es momento de festejar nada porque «se negociará en los próximos meses para redactar el tratado definitivo. Por ahora, el acuerdo carece de vinculación jurídica y cualquier análisis substantivo es tarot», y porque «la ratificación por el Parlamento Europeo, los congresos del Mercosur y los parlamentos nacionales europeos demorará un mínimo de dos años desde la firma del tratado».