Lucía y Joaquín Galán acaban de lanzar su libro autobiográfico Hermanos, la verdadera historia. Allí cuentan detalles de su vida nunca antes revelados, como la dura infancia y adolescencia que les tocó vivir, debido a que su papá sufría de alcoholismo.
Al respecto, la cantante habló con Catalina Dlugi en La Once Diez: «En el libro quisimos expresar que el pasado no te condiciona, que el alcoholismo es una enfermedad. Nuestro padre era una persona maravillosa, generosa, pero tenía esa enfermedad. A pesar de eso y otras cosas difíciles, pudimos forjar nuestro destino y tener la familia unida».
Los hermanos Pimpinela acompañaron no sólo a su papá, sino también a su mamá: «Ella es de las generaciones en las que el matrimonio era un mandato y estuvo toda la vida al lado de papá hasta que empezó a somatizar todas las situaciones estresantes y tuvo que decidir entre la salud de ella o seguir. Hubo que hacer algo para la, pero no dejarlo solo a él tampoco».
Sobre cómo hicieron para superar la dura historia que se vivía en su casa, Lucía asegura que hicieron lo que pudieron y aseguró, que como con cualquier otra adicción, superarla era una cuestión del día a día.
A su vez, la cantante recordó que varias veces su mamá iba a los bares a buscar a su padre, que estaba tomando, porque temía que algo malo le ocurriera.
Mientras la cantante era chica, la compañía de su hermano Joaquín, seis años mayor, fue crucial para ella: «Él siempre estuvo muy preocupado y muy atento si por ahí papá no llegaba. Incluso estando de novio, si tenía que salir con mi cuñada, nos llevaba a mi mamá y a mí para que no estuviéramos solas».
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