En realidad a Brockaus sólo debe pagarle 549.000 dólares, de acuerdo con una Corte Federal de Nueva York, pero la cifra se eleva a casi se duplica por los gastos del juicio (359.000 dólares) y los intereses de la indemnización (98.000 dólares).
En 2015, Brockhaus demandó a Luis Miguel por 2,2 millones de dólares por presunto incumplimiento de contrato, bajo el argumento de que el cantante se negaba a pagarle lo que se había comprometido por sus servicios como asistente personal.
Brockhaus había recibido durante el tiempo que estuvo laborando con Luis Miguel, entre 2012 y 2014, 1,5 millones de dólares.
Entre julio de 2012 y diciembre de 2014 Luis Miguel declaró haber obtenido ingresos personales por 19,9 millones de dólares por sus giras de conciertos.
El cantante, hijo de la actriz y modelo italiana Marcella Bastieri, desaparecida, y del cantante español Luisito Rey, ya fallecido, afirmó que tuvo que despedir a Brockaus por errores en operaciones inmobiliarias en Acapulco y Miami que le causaron perjuicios financieros.
El intérprete de «La incondicional» puede apelar todavía pero los gastos judiciales podrían elevarse aún más sin garantías de obtener una victoria.
Brockhaus es esposo de una amiga de la infancia de Luis Miguel y por ello le dio el puesto de ayudarlo a administrar todos sus gastos, una función que antes realizaba su amigo el español Alejandro Asensi.
La imagen de «Luismi», como le conocen sus fans, se encuentra en picada debido a la suspensión de varios conciertos en la capital y en la sureña ciudad de Mérida.
TÉLAM