Macri, después del Papa: a la espera del blanqueo y el repunte de la economía en 2017

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– ¿El Presidente está conforme con su gabinete?

-Sí, muy

-Había rumores de que cierto internismo estaba ralentizando la gestión y eso le molestaba y quería imprimirle más ritmo

-El Presidente cree firmemente que su trabajo es darle ritmo al equipo, porque hay urgencias como la pobreza que no pueden esperar. Está muy contento con el equipo, pero piensa que debe pedirles más

El diálogo con una de las más altas fuentes del Gobierno demarca y confirma el pensamiento de Mauricio Macri: que la economía ya comienza a dar signos de recuperación y la reanimación total será en el próximo verano; que las medidas que había que tomar, se tomaron; que salvo algún imprevisto, todo está encaminado -diáspora del peronismo mediante- a una victoria electoral en las elecciones legislativas del año que viene; y que resuelta la relación el Vaticano este fin de semana, convocado el diálogo social -lo que significa haber evitado un paro-, lo que resta es sentarse y esperar que los hechos sucedan.

Las próximas estaciones son el blanqueo y que la economíatermine de pasar el tercer trimestre. Luego vendrán los cambios de ministros, pero ya en el 2017 y mirando el año electoral.

El gobierno de Macri goza de una primavera política habitual para una nueva administración que ni siquiera llegó al año, y que se traduce en inculpar de todo a la herencia recibida y recibir periódicos indultos de la opinión pública en función de la inexperiencia. Este combo hace que la imagen del Presidente y del Gobierno cuenten con un importante apoyo popular y lo que es más importante, con altas expectativas favorables sobre lo que viene. Para la mayor parte de los argentinos, el presente es gris oscuro -para algunos blancos y para los más, negro-, Macri no es el culpable de lo que pasa y el futuro es multicolor.

Alfonso Prat Gay descree, no de los números, sino de las comparaciones interanuales de datos con el 2015. «Agosto y septiembre de hace un año fueron meses ficticios con un nivel de actividad recalentado por el kirchnerismo por la campaña electoral. El cotejo debe hacerse con esos meses, pero del 2014. Y además hay que ver la evolución de las variables en este año, donde claramente se ve que lo peor ya pasó», dicen en el quinto piso del Palacio de Hacienda. El ministro -que sigue mirando con buenos ojos la Cancillería- releía el viernes los datos de la encuesta de D’Alessio-Irol en el coloquio de IDEA, donde el levantamiento del cepo y la apertura al mundo – dos tareas de su ministerio, en el segundo caso en conjunto con el de RR.EE. – fueron las dos medidas de la administración de Cambiemos más ponderadas por los empresarios.

A los argumentos cada vez más crecientes de que el Gobierno y las provincias financian gastos y el déficit creciente con la emisión de deuda pública, el equipo Prat Gay exhibe dos argumentos:

a) con todo el keynesianismo del mundo se preguntan: «¿Cuál la opción hoy al salir a colocar deuda? ¿Ajustar? ¿Ajustar en recesión? ¿Ajustar con 32% de pobreza?». Y que usa parte de esa emisión para financiar el déficit, «como hace todo el mundo».

-¿Y a las provincias quien les controla la colación de deuda?

-Hubo mucho en el primer semestre y es lógico. A los gobernadores no se les puede pedir milagros. Muchos han recibido administraciones en estado calamitoso. Pero ahora estamos trabajando con muchas gobernaciones para avanzar en acuerdo de responsabilidad fiscal.

b) cuando se les critica el alto nivel de endeudamiento argumentan que los más de 70.000 millones de dólares que estarán emitidos para finales del año que viene, son «roll-overs», renovaciones de vencimientos de bonos de la era kirchnerista. Y que la emisión de deuda ha permitido que el Banco Central mantenga sus reservas, y que estas no se utilicen, precisamente, para pagar los vencimientos.

El equipo económico alimenta el optimismo del Presidente sobre la economía con tres datos más. El primero es financiero: el Palacio de Hacienda logró colocar un bono en «pesos» a una tasa negativa contra la inflación. «Esto es apostar por el país en serio. No es bicicleta financiera. Es creernos cuando decimos que la inflación bajo y el dólar no va a volar», dicen.

El segundo capítulo es el consabido y remanido despegue del campo y finalmente el tercero es la recuperación de la Obra Pública. Fuentes oficiales confirmaron a Infobae que entre el 1T y el 3T el aumento de la construcción dependiente de las arcas oficiales se triplicó. «En los primeros meses del año se pisó la obra pública por una sencilla razón: había que cotejar que la deuda que los mismos proveedores de la nueva obra nos traían era cierta y verdadera. En muchos casos había sobreprecios del 30%. Eso ahora desapareció. Nos gustaría avanzar en las obras con nombres y apellidos que no estuvieron con (Julio) De Vido y (José) López, pero nos toca gobernar Argentina, no Disney y eso también va a cambiar con el tiempo», explican.

Un ejemplo de esto es la UTE heredada de la gestión K, para la muy buena noticia del soterramiento del Sarmiento. La integran Iecsa, Odebrecht, Comsa y Ghella. Ángelo Calcaterra, el primo del Presidente que no habla bien del Presidente, es dueño de la primera y socio de la última. Marcelo Odebrecht es uno de los primeros y más famosos presos de la corrupción brasileña. Peor imposible. Dato: la rehabilitación del programa de la obra pública tiene un costado social brutal: la construcción fue el sector que más puestos de trabajo perdió en el año, con el 12.5%.

Todo este cuadro tiene que pasar, todavía por nubarrones. Las comparaciones interanuales -la que cuestiona el equipo económico- ya del tercer trimestre siguen mal. La consultora E&R -fundada nada menos que por Rogerio Frigerio, la que suponemos ya no integra- en un informe que se conoció ayer dice que todos los indicadores del nivel actividad del tercer trimestre continúan «cayendo». Lo contrario a lo que Prat Gay dijo hace 48 horas, al afirmar que la economía había dejado de caer. La presentación de la consultora reconoce un rebote positivo del 3% para el 2017, lo que indirectamente significa que este año será flaco de buenas noticias.

Otras tormentas vienen del fuego amigo. Por razones que probablemente un psicólogo pueda explicar mejor, los ministros están distanciados y a veces, inexplicablemente dominados por posturas individuales que provocan internas que llegan irremediablemente a los medios de comunicación con una velocidad que sorprenden.

«No puede ser que todo llegue a los medios. Pongamos que es verdad que a (Sergio) Bergman se le achicó el presupuesto. ¿Necesitaba decirlo en público?», se preguntaba una altísima fuente de la Casa Rosada sobre la intranquilidad que generan los episodios cada vez más reiterados de diferencias entre funcionarios resueltas a través de los diarios, las webs, las radios o la TV. Si bien se reconoce que hay situaciones donde las opiniones son diferentes, como Prat Gay y Federico Sturzenegger, llama la atención que uno de los rasgos de esta administración sean las reiteradas disputas internas.

La irresolución de los conflictos y cierta demora en algunos ministros en la gestión diaria se han hecho moneda corriente. El carácter amable de Marcos Peña -a quien le se adjudican muchas veces injustamente, más errores de los necesarios- quizás es mal entendido por ministros y secretarios. Lo acusan de armar mesas «para pensar» los temas sin definiciones. «En la Casa Rosada parecemos una mueblería. Estamos llenos de mesas», es el chiste habitual al respecto.

No por reiterado deja de ser un elemento central del análisis político, primero el desorden, luego la confusión y ahora la inmovilización total de la oposición peronista.

Confiados que en todo se va resolver internamente por arte de magia después de las elecciones del 2017, es cada vez más evidente que no hay dirigentes dispuestos a darle la pelea final a Cristina Kirchner. La opinión de la mayoría es que esa tarea debe quedar en manos de la Justicia.

Esa teoría tiene una grave falencia: los tiempos de los Tribunales no son necesariamente los de la política. Como se ha señalado aquí hace semanas, casi todo Comodoro Py cree que Cristina terminará condenada en muchas causas,lo que hasta le podría hacer perder la libertad, pero no ahora. En un futuro inclusive posterior a 2017.

Juan Manuel Urtubey sintetizó todo esto sin tapujos esta semana en Mar del Plata. «Estamos peor que en el 83», sentenció.

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