Nicolás Maduro ordenó ayer la liberación de 23 prisioneros políticos, entre ellos el exalcalde opositor Daniel Ceballos y el patinador Dylan Canache, de 16 años, en una ceremonia propagandística transmitida por la televisión pública con todo el boato revolucionario. Se trata del primer capítulo de la «amplia política de reencuentro y pacificación», en la que también se incluyó a 16 chavistas radicales, detenidos en abril por dar una paliza a un diputado opositor.
«Han salido en libertad por decisión mía, de la Comisión de la Verdad y de los poderes de la nación. No más guarimbas (protestas violentas), no más golpes de Estado», dijo el presidente.
A Ceballos, dirigente clave de Voluntad Popular, el partido del preso político Leopoldo López, se le otorgó una medida cautelar de presentación cada 30 días y prohibición de salida del país. El chavismo decidió silenciarlo, prohibiéndole declarar en los medios y escribir en redes sociales, medidas que se repiten con buena parte de los elegidos. Dylan Canache, detenido en enero por llamar a la protesta en Facebook, poseía su orden de liberación emitida desde febrero por un juez, jamás obedecida por los funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia.
Otro de los liberados es Juan Pedro Lares, a quien el Foro Penal de Venezuela (FPV) consideraba en desaparición forzosa, ya que fue detenido sin orden judicial en julio del año pasado y jamás había pasado por los tribunales.
La puesta en marcha de la operación revolucionaria sucede cuando el chavismo mantiene a 357 presos políticos en sus cárceles, según el último informe de FPV. Entre ellos 79 militares, 50 mujeres, 12 adolescentes, 12 con orden de excarcelación y solo 23 con condenas firmes.
«Excarcelar a quien nunca debió estar tras las rejas no es un beneficio, no es un regalo ni un favor. La libertad es regla, no excepción», protestó Gonzalo Himiob, director de la organización que defendió con uñas y dientes jurídicos a buena parte de los presos.
Delcy Rodríguez, presidenta de la Comisión de la Verdad, Justicia, Paz y Tranquilidad Pública, fue la encargada de dirigir el acto, durante el cual adelantó más liberaciones para las próximas horas. Se espera que entre ellas se produzca también la de López, que ahora tiene arresto domiciliario en Caracas.
Las cámaras de la mass media chavista captaron la caminata de los presos por el interior del palacio, incluso se vio al general Ángel Vivas en un lamentable estado de salud, andando con un bastón y con la espalda encorvada. En un arrebato de valentía, el exmilitar gritó «¡abajo la tiranía! ¡viva la libertad!» al pasar delante de las cámaras. Su familia y su abogado defensor denunciaron hace meses que Vivas fue torturado, de ahí su estado físico.
Rodríguez contó con el respaldo de los llamados «garantes de la paz»: el excandidato evangélico, Javier Bertucci, tratado con especial mimo por las cámaras públicas; Pedro Fernández, dirigente de Copei, y tres gobernadores opositores. Todos ellos conforman la oposición oficial que reconoce Maduro.
Daniel Lozano/La Nación