Maduro se radicaliza y promete un año de «rebelión»

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«Ya lo vemos por allá, saludándonos con su luz lista para la epopeya bolivariana que vivirá nuestra patria en 2016.» El presidente Nicolás Maduro reapareció anteanoche después de «estar trabajando y pensando» durante ocho días fuera de los focos públicos. Y lo hizo con su verbo más radicalizado y polémico: hizo un llamado a la rebelión del pueblo y anunció la convocatoria para enero de un congreso nacional para el renacimiento del bolivarianismo, donde se elaborarán «las líneas maestras de la contraofensiva revolucionaria».

La «resurrección de la patria» fue el lema repetido machaconamente por el presidente venezolano. «Tenemos que construir y fortalecer la identidad socialista que hemos comenzado», pese a la debacle electoral del 6 de diciembre pasado, donde el voto de castigo a su gestión económica fue clave en el triunfo opositor.

«El imperialismo cree que nos va a tumbar. Nos metieron una derecha, pero aquí estamos, de pie y rectificando», arengó Maduro, que desde hace 20 días gobierna sin ministros, que renunciaron horas después de la jornada electoral.

Además, Maduro sostuvo que «todos están convocados», entre ellos las «corrientes populares, movimiento de intelectuales, movimiento de la cultura, partidos políticos, grupos de opinión, fuerzas sindicales, de la clase obrera, campesinas y movimiento de la sexodiversidad».

Para continuar la lucha heredada del «comandante supremo», Maduro firmó el decreto de ley de consejos presidenciales populares, una instancia que será superior a un consejo de ministros. «Un sistema de gobierno popular para consultar decisiones, para que sea el pueblo el del poder y no la oligarquía», explicó el presidente.

Maduro apura la ley habilitante que le otorgó la Asamblea Nacional moribunda y que le permite legislar a golpe de decreto. Cuando esta noche suenen las campanas del Año Nuevo se extinguirán sus superpoderes; de ahí el acelerador aplicado en las últimas horas.

Maduro promulgó cinco leyes, entre ellas una de inamovilidad laboral hasta 2019, de manera que la oposición no despida a ningún empleado de la Asamblea Nacional o de su canal de televisión, ANTV. El mandatario insistió en que el nuevo Parlamento «atentará contra los beneficios de los trabajadores».

El presidente aprobó una ley de seguridad social para la Fuerza Armada Nacional Bolivariana; una ley de semillas para «transformar el modelo productivo agroecológico y agrosocialista» -en un país con una severa escasez de alimentos-, y también firmó un decreto para preservar el Cuartel de la Montaña y su memoria histórica. Se trata del edificio donde reposan los restos de Hugo Chávez. También prometió anuncios contra la «guerra económica» en su sprint de fin de año.

Y dejó una puerta abierta para reforzar al polémico Parlamento Comunal Nacional, «que es el futuro» de Venezuela, dijo. «Es una instancia que quiero activar con fuerza», amenazó. Este Parlamento paralelo, surgido a última hora como contrapeso de la Asamblea Nacional, volverá a reunirse el 4 de enero en el Cuartel de la Montaña, sólo horas antes de la jura de la mayoría opositora.

La derrota electoral escuece tanto en el chavismo que no sólo se amenaza a los empleados públicos sospechosos de ser «escuálidos» (opositores). Semanas antes de las elecciones, Maduro ordenó la «donación» de 10.000 taxis nuevos a sus seguidores. Eran unos vehículos que forman parte de un convenio con China, con los que se pretende renovar la flota nacional y, también, realizar el habitual proselitismo revolucionario. Pero el plan, puesto en marcha por el propio presidente, no dio los resultados esperados.

«Yo voy a recoger todos los taxis, hay que rendirle cuentas al pueblo. Algunos los desviaron y creyeron que se les entregaba un carro [auto] personal», señaló.

Resumen
La alocución de Maduro sonó a resumen de fin de año, uno de los peores en la historia de Venezuela. Pese a la censura ordenada para que no se conozcan los datos de su realidad, los venezolanos saben que en 2015 los precios subieron por encima del 200%, la peor inflación del planeta por tercer año consecutivo. También, que los índices de escasez de alimentos y desabastecimiento de productos básicos rondan el 60%. Y que su país lucha a brazo partido por no convertirse en el más violento del planeta, con 27.875 homicidios según la investigación del Observatorio Venezolano de la Violencia.

Una realidad trágica que no frenó a Maduro ante el micrófono, salpicando sus palabras de amenazas y desplantes, dirigidos -sobre todo- contra Henry Ramos Allup, secretario general de Acción Democrática y gran favorito para convertirse en el presidente de la Asamblea Nacional (los diputados opositores votarán el 3 de enero), el primero no revolucionario tras 17 años de hegemonía chavista.

«Aquí tienes tu Maduro, Ramos Allup. Lee estas leyes para que sepas a quién te vas a enfrentar. ¡Métete a loco, aquí dejo las leyes! ¡Atrévete a tocarlas, vuélvete loco!», espetó el mandatario.

Piden un balazo para el chavista que se «rinda»
A pesar de la radicalización de su discurso y de una embestida judicial y legislativa contra la oposición, ganadora de los elecciones parlamentarias del 6 de este mes, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, llamó ayer al orden a uno de sus partidarios que, durante el programa televisivo en vivo que conduce el mandatario, había pedido darles un balazo en la cabeza a los chavistas que abandonen la lucha política.

En su programa semanal de los martes, Maduro invitó a un músico que lanzó la asesina recomendación para aplicar al que «se rinda», luego del fracaso en las elecciones.

Identificado como Alberto, el músico dijo: «Aquí el que se rinda, un «pepazo» [disparo] por la cabeza, por detrás, ¡pin!».

Entre risas nerviosas y en plena transmisión en vivo, Maduro le dijo al artista que «no sea loco» y le recordó que estaba «saliendo en vivo» para toda Venezuela.

La Nación

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