Llegó sobre la hora y generó el dato político del día: faltaban minutos para las 13 (hora prevista para el inicio de la actividad) cuando Margarita Stolbizer ingresó, sigilosa, por la puerta de atrás del Salón Fresno de Parque Norte. Estaba por dar la sorpresa del día.
En el primer piso la esperaba Sergio Massa, feliz porque ya conocía lo que iba a suceder: tras los saludos de rigor, el líder del Frente Renovador subió al escenario acompañado por Roberto Lavagna y José Manuel De la Sota. Faltaba ella.
Antes de dar su discurso, Massa miró al auditorio y dio el primer golpe de efecto: «Vino una amiga con la que venimos compartiendo el trabajo parlamentario, el camino de las ideas del futuro». Entonces entró Stolbizer, que recibió un sonoro aplauso de los asistentes y despejó rumores sobre su posible acercamiento al macrismo.
«No estoy acá porque justo pasaba por la zona, vengo convencida de que este es el lugar donde tengo que estar», dijo la legisladora referente del GEN.
A Massa no le cabía la satisfacción en el cuerpo, miraba al auditorio y no podía disimular la sonrisa. Buscaba reacciones, sabía que había dado un golpe de efecto contundente.
«Trabajamos juntos desde hace tiempo», recordó Stolbizer, que así quiso ponerle fin a lo que analizó como «un año terrible marcado por especulaciones políticas sobre el destino de cada uno».
Luego fue el turno de Massa, que marcó sus diferencias con el oficialismo y pidió «estar al lado de la gente» que la pasa mal porque perdió su trabajo o le cuesta llegar a fin de mes.
«Donde hay una necesidad hay un derecho, tenemos que defenderlos, la sociedad no nos va a perdonar que no ocupemos ese papel», indicó Massa.
Finalmente hizo una referencia al PJ: «Muchos de nosotros sentimos que corre por nuestras venas sangre peronista, pero creemos que el que viene es el tiempo de la Suma y no de la división: la construcción de una alternativa debe incluir a muchos espacios», concluyó.
