En el Palacio San Miguel de Capital, el dato saliente de la jornada fue la nutrida y plural presencia de dirigentes, entre los que se encontraban desde los radicales Luis Brandoni y Ricardo Alfonsín, hasta funcionarios bonaerenses como Jorge Macri, Cristian Ritondo y Federico Salvai, pasando por varios dirigentes del Frente Renovador como Sebastián Galmarini, Jorge Sarghini, y Julio Bárbaro, entre otros.
En declaraciones a Télam, consultada por la ausencia de dirigentes del Frente Para la Victoria y el PJ, Stolbizer sostuvo: «Seguramente no han venido, aunque invitamos genéricamente a todos: no hemos puesto ningún tipo de restricción»; algo que fue desmentido a esta agencia por voceros del PJ.
La pluralidad de dirigentes se vio representada en el escenario del que participaron el editor del libro, Luis Majul, su autora Margarita Stolbizer, los gobernadores de Santa Fe, de Jujuy, y de Buenos Aires Miguel Lifschitz (PS), Gerardo Morales (UCR-Cambiemos) y Vidal (PRO-Cambiemos); los diputados Graciela Ocaña (Eco), y Sergio Massa (Frente Renovador).
Sin embargo, la foto de la tríada de Massa y Vidal junto a Stolbizer -luego de semanas de especulaciones oscilantes sobre el futuro político de la dirigente de Progresistas, quien parecería ayer haber cerrado tácitamente un acuerdo con el Frente Renovador de Massa al asistir al Encuentro Nacional de esa fuerza-, no pudo hacerse, ya que la gobernadora debió irse temprano, antes de que llegue el tigrense, retrasado por una agenda recargada.
En medio de un desborde organizativo, y apenas comenzada la alocución de la moderadora Débora Plager, llegó Vidal con varios miembros de su equipo e inmediatamente subió al escenario y dirigió un breve discurso en el que caracterizó a Stolbizer como «una bonaerense que acompaña las causas justas y apoya a personas que trabajan y se esfuerzan», tras lo que se retiró rápidamente sin hacer declaraciones.
Antes, Plager había leído una carta que le envió a Luis Majul la líder de la Coalición Cívica y referente de Cambiemos, Elisa Carrió -de conocida enemistad política con Stolbizer, luego de la frustrada alianza entre ambas-, quien se excusó por no ir, a pesar de la invitación del periodista, aunque mandó decir que el libro de Stolbizer «es fundamental para conocer la verdad» de los años en que el kirchnerismo gobernó la Argentina.
Unos minutos después de la retirada de Vidal llegó Massa, quien le devolvió la gentileza a la líder del GEN y la parafraseó, al sostener: «No vine a este lugar porque estaba de paso, sino que es porque estoy convencido de estar acá, para acompañar la decisión, el coraje y la coherencia» de Stolbizer, luego de que ella ayer se haya hecho presente en el encuentro del Frente Renovador-UNA y haya dicho una frase similar.
Luis Majul, en su calidad de editor, sostuvo que este es «un libro para la historia», que «puede ser leído como una investigación periodística dinámica, reveladora y sorprendente», escrito por ella misma, algo que posteriormente elogió y lo consideró como un diferencial de la diputada, a comparación de otros dirigentes políticos que «no escriben ellos sus libros», en diálogo con esta agencia.
Stolbizer remarcó -al igual que el resto de los oradores Ocaña, Lifschitz y Morales- la pluralidad de la convocatoria, en la que también asistieron «muchas personas de perfil bajo que representan organizaciones económicas y sociales, y también intelectuales».
El libro es «una convocatoria a reflexionar sobre lo que nos pasó» con «la corrupción» a la que «hay que mirar con los ojos de María Luján Rey, con los de quienes nunca les llegó la vivienda, o en los de los familiares de los accidentes de rutas que no están terminadas», dijo la diputada.
«El libro busca conmover desde la emoción para ser conscientes de lo que pasó y no nos vuelva a pasar; nos interpela como sociedad que muchas veces fue espectadora y hasta cómplice», sostuvo, y agregó que «la única posibilidad de reparar eso, es hacernos cargo».
Y afirmó, ante la «terrible convocatoria» presente, que «son muchos los políticos que tienen la vocación para servir» y que «no hay que aceptar generalizaciones», tras lo que realizó una reivindicación de la vicepresidenta Gabriela Michetti, sospechada de un presunto hecho de corrupción mediante su fundación.
«La reivindico porque no es lo mismo una cosa que la otra: es una maniobra burda, torpe e inmoral la de poner a todos en el mismo nivel para defenderse», enfatizó Stolbizer, aunque mencionó la necesidad de «exigir a quienes gobiernan de hacerlo con transparencia, ser prolijos, austeros y ejemplares».
«Este libro también es una convocatoria para poder dar vuelta la página de la corrupción en Argentina para que, como alguna vez le dijimos ‘nunca más’ a las dictaduras, le digamos ‘nunca más’ a la corrupción», finalizó la dirigente.