Asegura que «surfeó» los escándalos mediáticos tan propios de ShowMatch, pero terminó bajándose de la cresta de la ola cuando más alto estaba, y por la razón más preciada: su familia. Y justamente en Mar del Plata, la ciudad preferida por los surfers argentinos, María del Cerro habló con Teleshow sobre su paso por el Bailando 2016. Sucede que el programa de Marcelo Tinelli no sólo cambió su carrera, sino también su dinámica como mamá -de esa belleza llamada Mila– y esposa -del DJ Meme Bouquet-.
«Más allá de lo profesional, el 2016 fue un año muy transformador desde lo personal -contó Del Cerro-. Si bien hice programas como Casi Ángeles, con Cris Morena, el Bailando te populariza. Y de repente iba a la verdulería y la señora de 70 años me conocía, y antes eso no me pasaba. Estoy súper contenta y agradecida porque fue un año bisagra, sin dudas».
Más allá de la semifinal con Pedro Alfonso, justo el día de la muerte de Santiago Vázquez (es muy amiga de Nico Vázquez y Gimena Accardi), la gala más emocionante para María fue aquella que compartió con Agustín del Cerro. «Lo de mi hermano fue increíble, algo mágico: no hay persona que me cruce que no me hable de eso -cuenta la modelo-. Es impresionante lo que se generó y se sigue generando con él, aunque yo estoy acostumbrada porque es mi hermano y sé cómo es. Pero ahora le piden fotos y a él le da como vergüenza».
«Dudé mucho antes de mostrarlo a Agus, no por nada en particular, sino porque siempre fui de perfil bajo. Y era como abrir mi corazón, groso, y mostrarlo a todo el mundo», confiesa Del Cerro.
—¿Lo hiciste con temor?
—Al principio estaba nerviosa: fue una semana de muchos nervios. Y después sentí como un alivio: ‘Ya está, ya pasó’; y fue un momento divino… No es que lo padecía, pero era algo muy fuerte como hermana. No sabía qué iba a pasar. Por suerte fue todo tan genuino y tan real. Él fue lo que es como persona: en dos minutos te hacía reír, en dos minutos te hacía llorar. Fue muy lindo.
—¿Por qué no aceptaste hacer teatro en el verano?
—Fue un año fuerte, donde empecé el «Bailando» con Mila de ocho meses, y por momentos sentí que estuve muy ausente. Estaba con ella todos los días, pero como además del «Bailando» estaba haciendo un programa de conducción con Benito Fernández, había días en que la veía a la mañana y no volvía a verla hasta la noche, si bien estaba cuidada por sus abuelas. Terminar el «Bailando» e ir a hacer una temporada a Carlos Paz, que son tres meses, y separarnos de vuelta, en un año en el que Meme trabajó mucho, se había ido mucho y nos habíamos visto poco… bueno, prioricé la familia. Era un contexto difícil.
—¿Cómo manejaste ese hilo que hay entre el escándalo y el show? Porque no es fácil…
—No, no es fácil. Pero siento que lo manejé y salí ilesa. Nunca estuve metida en nada, y sabía que no lo iba a hacer. Y si me terminaba yendo del programa por aburrida, por quedarme callada, me iba a sentir muy feliz de no haber cambiado mi personalidad. Al principio me buscaron por ese lado pero se dieron cuenta de que yo no iba a entrar. Y después sucedieron otras cosas, como el baile con mi hermano. La gente que me habla en la calle me rescata eso: «No te metiste en nada». Y es difícil, pero lo surfeé.