La gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, brindó una entrevista desde su casa en la base aérea de Morón y denunció que el poder político «miraba para otro lado o era cómplice» de las mafias.
Vidal se mudó al predio militar al poco tiempo de asumir su cargo debido a una serie de amenazas y hechos intimidatorios.
«Yo creo que se hicieron los boludos durante muchos años. Yo no soy parte, estoy dispuesta a vivir acá (en la base) y dar esa pelea», explicó.
Para ejemplificar el poder de las mafias y la impunidad con la que se manejan, señaló que el principal administrador de la feria La Salada, Jorge Castillo, abrió fuego contra los policías uniformados que llegaron detenerlo. Y agregó: «Los fiscales, los jueces y la policía, también eran parte del sistema de recaudación que le cobraba a los puesteros».
No obstante, según Vidal lo más importante es cambiar las reglas de juego: «Si todos los años los policías tienen que presentar la declaración jurada y yo se la investigo, la corrupción va a ser menor».
«Cuando le pegas a la mafia grande, al final tenés menos delito chico», concluyó.
Las amenazas
«La primera amenaza fue cuando fui gobernadora: entraron al despacho y no pudieron justificarlo. Era un mensaje, fue a los pocos meses de asumir. Después dejaron una bala en el garage de mi antigua casa. En los Tribunales de San Martín dejaron un mensaje para que no me meta con la droga. También entraron a la casa del jefe de Gabinete. Hubo muchas llamadas al 911. Una fue investigada y es el único caso de alguien que terminó preso, porque tenía una granada en su casa», relató Vidal.
Sin embargo, la gobernadora aseguró que está dispuesta a vivir en la base militar los años que sea necesario: «Si yo no hago esto, nunca va a cambiar, yo creo en esta pelea».