En la jornada del martes, el presidente Mauricio Macri anunció que se iniciarán las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional a los fines de obtener un préstamo.
El economista Mariano Parnás, en diálogo con LA BANDA DIARIO se refirió a la medida anunciadas por el Gobierno Nacional.
LA BANDA DIARIO: ¿ En qué beneficia a la Argentina pedir un préstamo al FMI?
Mariano Parnás: El beneficio para la Argentina de obtener un préstamo del FMI consiste en disponer de una herramienta extra que le permita hacer frente a posibles crisis de Balanza de Pagos y defender el valor de la moneda local en relación a las demás, ante la volatilidad de los mercados financieros internacionales, cuando las reservas del Banco Central no sean suficientes.
LBD: ¿ Era necesario recurrir al organismo internacional?
MP: Argentina no tiene tipo de cambio fijo, es decir que el peso puede modificar su valor con respecto al dólar y demás monedas (a diferencia de lo que ocurría durante la convertibilidad). Eso significa que las autoridades económicas no están obligadas a evitar las depreciaciones del peso y que el dólar sea cada vez sea más caro. Esto último acontece generalmente cuando existe una presión fuerte por parte de los demandantes de la moneda estadounidense. Pero si quisieran evitar una depreciación del peso, necesitarían contrarrestar la presión compradora a través de la utilización de las reservas internacionales que posee el Banco Central, ofreciendo dólares con la misma fuerza que se demandan. Se recurrió al FMI luego intentar frenar la depreciación, no sólo gastando las reservas del Banco Central, sino también ofreciendo a los demandantes de dólares una tasa de interés en pesos alta, sin resultados favorables, por lo que buscó dar una señal más. Otra opción hubiera sido dejar que la moneda siga depreciándose o intentar brindar otras señales al mercado mediante el cambio de funcionarios del área económica, entre otras. Personalmente, creo que se apresuraron.
LBD: El hecho de que el Gobierno recurra al FMI, ¿es un signo de debilidad económica, financiera?
MP: Sí, totalmente, ya que la función del FMI es justamente “ayudar” a las economías con problemas de Balanza de Pagos.
LBD: ¿Cuáles fueron las fallas cometidas por el gobierno nacional que forzaron, nuevamente, a la Argentina tener que negociar un préstamo con el FMI?
MP: La primera falla es la pésima administración de las expectativas que poseen los agentes económicos, por la falta de credibilidad en los anuncios realizados por los funcionarios del Gobierno Nacional y el Banco Central. Un ejemplo claro es la inflación, donde semestre a semestre se anuncia que va a bajar o que está bajando, o se colocan objetivos de inflación que nunca se alcanzan. Esta falta de credibilidad produce que los agentes económicos no confíen en los mensajes de las autoridades económicas. En este caso particular que estamos analizando, se anuncia que se frenará la subida del dólar y se realizan grandes esfuerzos, sin resultados positivos. Es como el cuento del pastor mentiroso. Otra sería la historia si los anuncios provenientes de los funcionarios modificaran las expectativas de las personas. La segunda es haber permitido el ingreso de capitales de corto plazo, que ante shocks negativos en la economía, reaccionan vendiendo sus activos en pesos, obteniendo dólares a cambio. Se produce un efecto manada en estos capitales “golondrina” que contagia la salida de capitales, amplificando el shock negativo inicial.
LBD: ¿ Cómo ves el futuro del país a partir de esta nueva relación que tendrá la Argentina con el organismo internacional?
MP: El FMI generalmente otorga préstamos condicionados. La lógica de esto se fundamenta en que si un país tiene un problema financiero, se le ofrece “ayuda” pero con la condición de que elimine dicho problema. Las recetas del Fondo, orientadas a eliminar estos problemas, generalmente surgen del famoso “Consenso de Washington”, el cual ha sido responsable de las grandes crisis de fines de la década del noventa tanto en el Sudeste Asiático, en Rusia, como por estas latitudes. Además lleva a que las sociedades donde se aplican las recetas del FMI se vuelvan más desiguales e ineficientes. El remedio es peor que la enfermedad. Aún tengo la esperanza de que hayamos aprendido las lecciones de la historia y no tropecemos dos veces con la misma piedra, es decir que espero que no se apliquen las medidas del Consenso de Washington requeridas por el Fondo, caso contrario creo que nos dirigiremos hacia un modelo de país donde la mayor parte de la población va a vivir cada vez peor.