“No estamos condenados a la inflación, pero es evidente que la medicina y la políticas económicas utilizadas para para combatirla han fracasado. Argentina ha probado hasta ahora con recetas mágicas: dólar fijo, tasas de interés, precios máximos o cuidados. Siempre visiones parciales de la realidad, en vez de tener un programa antiinflacionario integral y convergente: todas las variables –fiscal, monetaria, cambiaria, ingresos- deben apuntar a una inflación descendente que ancle las expectativas, que ahora se mueven como un barco sin rumbo, sin un sendero correcto”, dijo hoy en declaraciones radiales el economista Martín Redrado.
Entrevistado en radio Mitre, el expresidente del Banco Central, al que renunció en 2010, en medio de un grave conflicto y presiones del primer gobierno de Cristina Kirchner por el uso de las reservas de la entidad, dijo que la política económica argentina fue y es de compartimentos estancos, de ver los problemas de manera parcial, no integral. “La economía es un todo y la mayoría de las veces tuvimos enfoques de equilibrio parcial, de atacar una sola variable en vez del sistema. Tenemos que dar vuelta la actitud de brazos caídos respecto del futuro, porque la política económica no nos da guías sobre el futuro”, señaló.
El economista resaltó que “hoy la situación mundial le da otra oportunidad a la Argentina”, debido al aumento de los precios de los alimentos y la energía, pero el país tiene los hidrocarburos bajo tierra. “Hoy recomendaría que el presidente se reúna con sus pares de Francia y Alemania para que vengan a invertir y sacar el gas y no dependan tanto del gas ruso”, apuntó.
En cuanto a las condiciones para que la economía crezca sobre bases estables, Redrado reiteró su idea de un conjunto de “cinco o seis” leyes aprobadas por el Congreso, y agregó: “lo que no me cabe duda es que las condiciones objetivas son un programa económico, un equipo económico coherente y coordinado, no cinco personas que opinen cada una por su cuenta, leyes que respalden y marquen el camino”. Y también, agregó, “rendición de cuentas”, para que los funcionarios públicos sean monitoreados cada tres meses sobre la ejecución y el cumplimiento de las leyes.
Redrado evitó responder expresamente si “banca” o no al actual ministro, Martín Guzmán, muy cuestionado por el kirchnerismo duro, pero dio una definición condenatoria. “Los hombres y mujeres terminamos siendo anécdotas”, respondió, para agregar que “las políticas económicas aplicadas no han dado resultados, ya que aumentaron la pobreza y la inflación y cayó el salario real. “Argentina necesita una política económica distinta”, insistió.
Cuando se le observó que la población ya no tiene margen para ajustarse, Redrado, quien recientemente había advertido que debido a la inflación “Va a llegar un momento en que la gente no va a poder comprar” dijo que la restricción de gastos “debe ser de la política”. Desde el restablecimiento de la democracia, afirmó, “a los políticos les va mejor y a los ciudadanos les va peor”. Para empezar a corregir ese estado de cosas, el economista propuso que las provincias tengan legislaturas unicamerales, en vez de bicamerales, y con estructuras legislativas más chicas y ágiles. Además, dijo, “a nivel del Poder Ejecutivo Nacional no tiene sentido tener 22 ministerios. Debemos tener 8 ministerios, más eficientes, con menos estructura administrativa, no tantas secretarías y subsecretarías”.
El economista recordó, además, que los argentinos tienen unos 150.000 millones de dólares físicos dentro del país. “La política impositiva debe ser para que esos ahorros se vuelquen a aumentar el consumo, la inversión y la capacidad productiva”.
“Soy partidario de una política económica y social que incentive a la gente a consumir más y a los empresarios a ampliar la capacidad productiva. La actual política económica reprime, pone cepos e imposibilita prever el futuro”.
Pese a los problemas y la inflación, Redrado insistió que la Argentina está frente a una nueva oportunidad, por la necesidad mundial de alimentos y energía. “Brasil lo está aprovechando, con un crecimiento fenomenal como proveedor de insumos al mundo. La Argentina tiene alimentos para 400 millones de personas y energía que hoy increíblemente tenemos que importar, por no tener transporte y plantas de licuefacción”, señaló. Y describió la situación con una figura ferroviaria: “Otra vez –remató- el tren pasar por el andén de la Argentina.
fuente: Infobae