Este fin de semana, en la parroquia Nuestra Señora de La Salette de la ciudad de La Banda un grupo de jóvenes recibió el Sacramento de la Confirmación. La celebración Eucarística estuvo presidida por el Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Santiago del Estero, Enrique Martínez Ossola quien invitó a los laicos a, «tomar las riendas de la vida eclesial»; a la vez los instó a ser, «transformadores y fermento de una nueva sociedad».
Con un templo colmado, la comunidad vivió con mucha alegría este momento tan importante en la vida de los cristianos.
Tras las lecturas del Evangelio monseñor Martínez Ossola compartió una reflexión. En ese sentido precisó, «un sacerdote decía que el Espíritu Santo es el alma de la Igelsia, y yo diría que es como la respiración que nos mantiene vivo, pero nadie toma en cuenta la respiración salvo cuando nos falta«.
«Todo lo bueno, lo noble que hacemos es obra del Espíritu Santo. Al Espíritu Santo lo tenemos desde el bautismo y eso nos permite caminar derecho por la vida. Cuando nacemos nos dan un documento que lo tenemos que renovar, el Espíritu Santo también se renueva», sostuvo el prelado santiagueño.
Más adelante consignó, «cuando los jóvenes se confirman piensan que ya terminaron su carrera, no es como terminar la primaria, la secundaria. Es cierto finalizamos una instancia y abrimos una de mayor servicio, responsabilidad. La Iglesia nos fue dando, y este Espíritu Santo provoca que seamos más colaboradores en la vida eclesial».
Martínez Ossola destacó que todos los cristianos, «estamos golpeados por la muerte del Papa Francisco. Él dejó una iglesia en movimiento. La iglesia es de todos, basta de una Iglesia clerical en donde el cura toma todas las decisiones. Cada vez toman más participación los fieles que participan del sacerdocio común por el bautismo».
«Como laicos, ustedes, deben tomar las riendas de la vida eclesial porque son los que están viviendo los probemas que el mundo plantea. El padre Fede (Poldi, párroco de La Salette) no podrá luchar contra los problemas que hay en todas las estructuras, en la falta de Dios, en la familia, en el trabajo, en la sociedad, en las injusticias diarias. Cada uno tiene que ser un mensajero, un misionero buscando llevar a Cristo a donde no es conocido, como lo hizo Santa Mama Antula», manifestó el obispo.
A la vez afirmó, «con venir a la misa no cumplimos, tenemos que ser transformadores de una sociedad, fermento de una nueva sociedad, y eso hace el Espíritu Santo hace en nosotros».
«La Resurrección de Cristo nos permite pensar en una vida nueva. Todos somos hijos de Dios, somos grandes porque somos hijo de Dios. Dios no crea inútiles, nosotros nos hacemos inútiles cuando nos olvidamos de Dios, el Espíritu Santo nos permite escuchar la voz de Dios en nuestro corazón, que nos ayuda a vivir con gozo y alegría. El Espiritu Santo nos permite brindar nuestra vida en la entrega y en el servicio. El Espíritu Santo está y sigue estando, es el que nos da vida, fortalece nuestro corazón en el momento del dolor, de dificultad», finalizó el obispo Enrique Martínez Ossola.
