Más de 36 mil niños pierden a sus padres al huir de Myanmar

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El Gobierno de Bangladesh contabilizó unos 36.000 niños que han perdido a uno o los dos padres entre los más de 600.000 rohingyas que llegaron a ese país desde Myanmar desde el 25 de agosto, mientras que la ONU denunció este domingo casos de «violación hasta la muerte» contra las mujeres de esa etnia durante su cautiverio en Myanmar.

«Tenemos 36.000 niños rohingyas huérfanos que perdieron a sus padres, madre o padre, o el contacto con ellos en nuestros recuento inicial», indicó la subdirectora del departamento de Servicios Sociales bangladesí, Seyda Ferdous Akter.

«De ese total, hasta el 7 de noviembre hemos metido en nuestra base de datos a 26.000 niños y hemos descubierto que el 22% de ellos perdieron tanto al padre como a la madre», detalló Akter, citada por la agencia española EFE.

En tanto, este domingo, la representante especial de Naciones Unidas sobre Violencia Sexual en Conflictos, Pramila Patten, alertó sobre la presunta existencia de casos de esclavitud sexual y de «violación hasta la muerte» contra las mujeres rohingyas en Myanmar.

«Las formas de violencia sexual que escuchamos uniformemente de boca de las sobrevivientes incluyen violación en grupo por parte de múltiples soldados, desnudez pública forzada y humillación y esclavitud sexual en cautiverio militar», dijo Patten en rueda de prensa en Daca.

Tras finalizar una visita de tres días a los campamentos de refugiados rohingyas en Bangladesh, la experta advirtió casos de «violación hasta la muerte, literalmente» y apuntó que muchas víctimas todavía tienen cicatrices, moratones o marcas de dientes.

Incluso, contó, una de ellas dijo «haber estado bajo el cautiverio de las Fuerzas Armadas de Myanmar durante 45 días, período durante el que fue repetidamente violada».

La crisis que afecta a la minoría musulmana rohingya comenzó el último 25 de agosto, tras un ataque de un grupo insurgente de esta comunidad contra instalaciones policiales y militares en el estado de Rakhine, Myanmar, una acción que fue respondida por el Ejército con una campaña que aún continúa.

Ese país no reconoce a los rohingyas como una comunidad y los considera bangladesíes, mientras que Bangladesh, donde ya antes de esta crisis vivían unos 300.000 miembros de esta minoría, los ha tratado siempre como extranjeros.

La ofensiva militar provocó un masivo éxodo, que, según cálculos de organismos humanitarios, afectó más de 600.000 rohingyas y que la ONU denunció como una limpieza étnica.

El portavoz de Unicef en Bangladesh, A.M. Sakil Faizullah, advirtió que muchos de los menores huérfanos están traumatizados, lo que afecta a su desarrollo psicológico, y advirtió que al menos un millar de familias refugiadas están encabezadas por niños.

«Imagine un niño de 14 o 15 años cuidando de sus hermanos pequeños como un padre. ¡Cuán difícil es la situación!», alertó el portavoz de la agencia de la ONU.

El Departamento de Servicios Sociales bangladesí comenzó a contabilizar a los huérfanos el pasado 20 de septiembre, mes en el que habían calculado que la cifra rondaría los 6.000 niños, muy por debajo de la realidad descubierta tras el recuento que sextuplicó las estimaciones iniciales.

En su último informe de situación difundido esta semana, el Grupo de Coordinación Intersectorial de la ONU cifró en 613.000 los rohingyas llegados a Bangladesh desde hace dos meses y medio, de los que Unicef estima que el 60% son niños.

El pasado octubre, Unicef había identificado a 18.624 niños refugiados rohingyas huérfanos.

Cadena 3

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