Como cada 1 de marzo desde el retorno de la democracia, el presidente abrirá las sesiones ordinarias del Congreso con un discurso en el que rendirá cuentas de su gestión y hará públicos los objetivos futuros del gobierno.
Se trata de un instrumento que fue evolucionando a lo largo del tiempo y su importancia radica en que debería permitirle a la ciudadanía ejercer un mayor control sobre el rumbo de la gestión.
Según un informe realizado por el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec) en base a las versiones taquigráficas de los discursos de todos los presidentes desde 1983, los informes sobre el estado de la Nación registran una tendencia a explicar la efectividad de las políticas públicas con datos de escasa calidad y de poca continuidad.
En el caso puntual de Mauricio Macri, los discursos tienden a ser cortos –alrededor de una hora de duración- y con menos datos que en años anteriores. Los informes realizados en sus tres primeros años de gestión tuvieron en promedio 112 indicadores. Este valor se encuentra muy por debajo del promedio del total de informes brindados por todos los presidentes desde 1995 (221,9 indicadores).
No obstante, desde CIPPEC resaltaron que sí ha mejorado la calidad de los datos utilizados . «En general los presidentes te cuentan cuántos kilómetros de fibra óptica se tendieron, cuántos puentes se construyeron o cuánta inversión se hizo pero en general no se muestran datos concretos de resultados de políticas públicas, por ejemplo cómo subió o bajó la tasa de mortalidad infantil», explicó a Infobae Natalia Aquilino, directora del Programa de Monitoreo y Evaluación.
En 2016, 2017 y 2018 hubo un incremento respecto al promedio histórico en el uso de datos de resultados (de 22% a 46%) e impacto (de 11,5% a 17%).
Otra deficiencia general de los informes de apertura es que hay baja continuidad en el tipo de datos utilizados, es decir, los indicadores no vuelven a ser mencionados o formulados de la misma manera en informes futuros. Lo que dificulta la comparación histórica de datos clave como la tasa de desempleo, el crecimiento del PBI o la variación en las exportaciones.
En cuando a lo discursivo, las palabras más utilizadas por el presidente Macri están vinculadas a la identificación con la idea de Nación: se utilizan términos como «argentinos» (80), «país» (71) y «Argentina» (45). Esta interpelación a una identidad colectiva también está presente al analizar los informes brindados entre 1995 y 2015, donde las palabras más utilizadas son «Argentina» (861), «país» (682) y «nacional» (493).
«Discursivamente los mensajes de Macri hablan mucho más de los argentinos, mientras que los anteriores hacen referencia a la Argentina. Es una mirada distinta, que apela más al ciudadano y no tanto a la nación. Su estilo es más personal, más de uno a uno que presidentes anteriores», analizó Natalia Aquilino.
Finalmente, otro rasgo característico se relaciona con las propuestas. Macri superó el promedio histórico pero éstas fueron bajando años tras año. En su mayoría son legislativas.
El informe 2016 propuso una agenda de reforma integrada por 20 propuestas, el informe 2017 propuso 16 reformas (algunas nuevas y otras que son continuación del primer año) y el informe 2018 presentó la menor cantidad de propuestas de políticas y reformas (13 en total) con respecto a los dos informes previos de la actual gestión.
Este viernes el presidente abrirá la sesione ordinarias de 2019. «Nuestra principal preocupación es que no se suele rendir cuentas sobre el Plan de Gobierno y creemos que esto se va a repetir. El año pasado no hizo referencia a los 8 objetivos y las 100 prioridades de desarrollo (están en el informe del 2017) y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que es el gran acuerdo macro que firmó internacionalmente nuestro país. En general no se volvió a usar para ver cómo avanzan los objetivos», explicaron desde CIPPEC a Infobae.