El coronavirus aún existe en el mundo y causa muertes. Durante el último mes, se registraron más de 1.900 nuevos fallecimientos, según el reporte de la Organización Mundial de la Salud del viernes pasado.
En 2023 se han notificado 88.870 casos confirmados de COVID. También se han reportado 419 muertes hasta el 23 de septiembre pasado, según el último boletín epidemiológico del Ministerio de Salud.
Se detectó que más del 90% de las personas que murieron este año no estaban vacunadas o no se habían aplicado la dosis de refuerzo recientemente.
“Sabemos que en la actualidad, con la circulación de las diferentes linajes de Ómicron, las vacunas previenen hospitalización y muerte. Entonces, aunque no podamos afirmar que las muertes reportadas en la Argentina hubiesen sido prevenibles, sí podemos decir que fueron muertes potencialmente prevenibles”, afirmó Gustavo Lopardo, ex presidente de la Sociedad Argentina de Infectología, y presidente de la Asociación Panamericana de Infectología (API), al ser consultado por Infobae.
También se informó el 77,29% de los fallecidos por COVID este año corresponden al grupo de edad de 65 años y más. El 76,13% de quienes fallecieron tenía una o más comorbilidades o factores de riesgo para enfermedad grave.
Aunque ya no está declarada la emergencia de salud pública de importancia mundial, el coronavirus aún es una “amenaza para la vida de las personas” -según la OMS-, especialmente para las que tienen más de 50 años, las personas gestantes, y para aquellos con patologías previas.
“Sabemos que en la población mayor de 50 años es muy importante que mantenga la vacunación al día. Porque la protección disminuye con el paso del tiempo y la respuesta inmunológica en los adultos mayores es algo menor. También las personas con comorbilidades deberían tener en cuenta las recomendaciones para la vacunación”, dijo a Infobae Daniela Hozbor, investigadora del Instituto de Biotecnología y Biología Molecular, del Conicet y la Universidad Nacional de La Plata, en la Argentina y ganadora de un Premio Konex 2023 Diploma al Mérito en la categoría Pandemia.
La científica recordó el impacto que ha tenido que la población vaya a vacunarse el año anterior. En 2021 se reportaron más de 3,5 millones de casos confirmados y hubo 69.265 fallecidos. En 2022, cuando la tasa de vacunación fue mayor, hubo más de 3,8 millones de casos, pero solo 12.268 fallecidos.
“Ahora la vigilancia sobre la enfermedad ha disminuido (está menos sensible) y no se está testeando a todos los casos por eso la letalidad parece algo mayor a la de los años anteriores. Por lo cual no todos los casos son reportados. El virus sigue circulando (aunque en menores niveles que años pasados) y por ello se necesita que la población, especialmente la que está en grupos priorizados, acuda a vacunarse si ya pasaron más de 6 meses desde la última aplicación y estar atenta a los síntomas para ir a testearse y recibir la consulta médica a tiempo”, remarcó Hozbor.
El jueves de la semana pasada, el Ministerio hizo un llamado a la comunidad para que se acerque a los vacunatorios públicos a aplicarse las dosis de vacunas que le correspondan según los criterios de riesgo actuales. Advirtió que hay 10.467.954 personas mayores de 50 años que debían haber recibido una dosis de refuerzo en los últimos 6 meses, pero aún no se la habían aplicado.
La curva de casos de COVID tuvo variaciones a lo largo de 2023. En enero y febrero, “los casos presentaron una tendencia descendente” después de un pico que hubo en las dos últimas semanas de diciembre de 2022. El promedio de casos fue de 7.745 semanales y el de fallecidos de 30. En cambio desde marzo hasta la primera quincena de julio, el COVID bajó incluso más. Se reportó un promedio de 645 casos y 4 muertes por semana.
Pero desde la segunda quincena de julio todo cambió: “Se verifica una tendencia en aumento del número de casos con un promedio de 1751 casos y 11 fallecidos”, acotaron los especialistas en epidemiología del Ministerio de Salud.
Una de las razones por las cuales hubo una suba de los casos diagnosticados de COVID en julio fue la introducción de sublinajes de la variante Ómicron que son más transmisibles. Uno de ellos es EG.5, que se conoce como Eris popularmente. La otra razón es que había más población sin la protección adecuada porque no había ido a aplicarse la dosis de vacuna oportunamente.
A partir del aumento de casos, más personas se han estado acercando a los vacunatorios. Las aplicaciones semanales aumentaron un 136% si se comparan las 23.417 dosis que se aplicaron en la semana del 20 de agosto y la del 10 de septiembre, con 55.266 dosis, según informó a Infobae el doctor Jorge Aliaga, de la Universidad Nacional de Hurlingham en la provincia de Buenos Aires, en base a los datos abiertos de la cartera de Salud.
Quiénes tienen que vacunarse en Argentina
Es importante que todas las personas a partir de los 6 meses de edad cuenten con el esquema primario de dos dosis, y al menos un refuerzo aplicado en los últimos 6 meses, según el Ministerio. Deben continuar con la periodicidad de acuerdo a recomendaciones específicas.
Las personas con alto riesgo de enfermedad grave, como las que tienen más de 50 años o mayores, personas con inmunocompromiso y personas gestantes o embarazadas, deben recibir una dosis de refuerzo si han transcurrido 6 meses desde la última dosis aplicada, independientemente de la cantidad de refuerzos recibidos previamente.
En tanto, las personas menores de 50 años con comorbilidades (enfermedades crónicas y obesidad) y las personas con mayor riesgo de exposición (personal de salud) y función estratégica se incluyen en el grupo de riesgo medio de experimentar enfermedad grave o muerte por el coronavirus. La recomendación para este grupo es que si ya han recibido un refuerzo en los últimos 6 meses, recuerden la importancia de recibir un refuerzo anual.
Por último, las personas consideradas con bajo riesgo de complicaciones, es decir menores de 50 años sin comorbilidades, se recomienda que la vacunación de refuerzo contra la COVID-19 sea anual.
Infobae