Massa da las primeras señales de la identidad de su eventual gobierno

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“La tercera etapa era el candidato y el candidato es uno solo. El foco está puesto en Sergio. El resto será parte de la coalición”. Con esas palabras definieron el momento de la campaña de Massa en el búnker de Unión por la Patria (UP). Desde las elecciones generales hasta el balotaje del próximo domingo lo único que importa en el peronismo es despojar al candidato presidencial del resto de la coalición.

“Se elije presidente”, repiten, haciendo pie en la idea de que el liderazgo y la conducción del Gobierno estará puesto solo sobre una persona y no como sucedió desde el 2019 a esta parte, donde Cristina Kirchner y Alberto Fernández naufragaron en una discusión de poder que no los llevó a ningún lado y terminó con el nacimiento electoral del liderazgo de Massa.

La semana que concluyó le sirvió al ministro de Economía para empezar a delinear el perfil de un eventual gobierno. La construcción de una identidad distinta a la de la última gestión. Hay un claro proceso de deskirchnerización en marcha y la señal más clara de eso es la incorporación a la campaña del ex gobernador de Salta Juan Manuel Urtubey.

Enfrentado a los Kirchner desde hace largos años, el salteño fue invitado por Massa a sumarse a su eventual gobierno de unidad nacional, como repite en forma sistemática el candidato de UP en cada acto que protagoniza o entrevista que da. En los últimos días se adhirieron a la candidatura del ministro voces del peronismo anti k como la cordobesa Natalia De La Sota y los bonaerenses Alejandro “Topo” Rodríguez y Graciela Camaño.

La hija del ex gobernador cordobés, que forma parte del bloque federal, donde hay diputados del socialismo, el peronismo cordobés y el peronismo bonaerense, se pronunció a favor de Massa y se sumó a la campaña. El lunes lo acompañó en su visita a Córdoba y el jueves en una recorrida por Misiones. Tomó distancia de la postura que en la provincia ha expresado Juan Schiaretti, que cuestionó con dureza al candidato de UP y buscó mimetizarlo con el mundo K.

Rodríguez, mano derecha de Roberto Lavagna, también se expresó a favor de Massa. Crítico del kirchnerismo duro y La Cámpora, en una de sus últimas publicaciones en redes sociales fue terminante: “En tiempo de definiciones no hay lugar para la indiferencia. Muchos compañeros de todo el país, que somos peronistas, vamos a votar a Massa el 19 de noviembre”.

Graciela Camaño, de histórica relación con Massa, fue más picante a la hora de expresar su apoyo al ministro, con el que compartió cinco años en el Frente Renovador. “Denle una oportunidad a Massa, quizás elimina a los ñoquis de La Cámpora y del Estado”, indicó en una entrevista con CNN. Massa, Urtubey y Camaño estuvieron reunidos el último domingo dialogando sobre cómo sería un eventual gobierno con ellos incluidos.

Hace un puñado de meses que en la campaña trabaja el gobernador de San Juan, Sergio Uñac, que si bien es parte de Unión por la Patria, está parado en una vereda distinta a la del kirchnerismo. Massa fue sumando adhesiones e incorporando dirigentes que perfilan con antelación la edificación de un nuevo gobierno peronista. La primera línea del kirchnerismo no está participando activamente de la campaña. Está a la vista.

En el mundo K asumen que tendrán otro rol, diferente al actual, si Massa llega al gobierno. “Tenemos que dar una discusión interna para reorganizarnos. Lo que debemos definir es si somos un espacio que va a traccionar políticas públicas o si vamos a ser parte del decorado de la unidad”, sintetizó un funcionario importante de La Cámpora.

La clave para que haya dirigentes peronistas que se acerquen al nuevo proyecto es la certeza – que un sector importante de la dirigencia tiene y que Massa ha dado a través de sus gestos – de que la conducción del espacio político será plenamente de él. Si se concreta la llegada a la Casa Rosada, el kirchnerismo habrá cumplido su ciclo al frente del peronismo. Habría un cambio de era, que empezó a gestarse el día que el ministro de Economía fue elegido como candidato a presidente con el respaldo de todos los sectores de la coalición.

Otra señal importante de Massa fue asegurar que el próximo ministro de Economía será de otra fuerza política, lo que reafirma la idea de que buscará un gobierno con dirigentes que estén afuera de los límites de UP y que tengan voluntad de sumarse a una nueva alianza política. La unidad nacional está sostenida en la incorporación de diferentes sectores que amplíen la base de sustentación política para afrontar meses que no serán fáciles en el comienzo de la nueva gestión.

En el búnker peronista hay un marcado optimismo de cara al balotaje. Más allá de que la mayoría de las encuestas colocan a Javier Milei en el primer lugar por una diferencia que oscila entre los dos y cuatro puntos. En base a trabajos de consultoría propios en el peronismo advierten que el candidato libertario tocó su techo y que en los próximos días comenzará a bajar.

En el oficialismo entienden que el líder de La Libertad Avanza (LLA) no podrá retener la totalidad de los votos de Patricia Bullrich y que habrá un impacto negativo del acuerdo con Mauricio Macri, al que consideran “una estafa ideológica” para los electores de Milei. En ese sentido creen que el debate presidencial de mañana los ayudará para que el libertario quede expuesto frente a un gran número de ciudadanos que han seguido la transmisión en las primeras oportunidades.

También tienen en claro que aún el nivel de indecisos es alto y que de ahí pueden salir potenciales votantes de Massa. Para ese público es primordial el alejamiento de Massa del mundo K, porque es un electorado que no forma parte de ningún núcleo duro y está agotado de las últimas gestiones peronistas, marcadas por el sello de Cristina Kirchner.

“El votante no es irracional. Milei ha mostrado un gran nivel de incoherencia a lo largo de la campaña. Eso no se lo van a perdonar”, sostuvo un funcionario nacional del círculo massista. En el peronismo sostienen que el libertario está mostrando algo que no es y está proponiendo un cambio más limitado después de recibir consejos del PRO para moderar sus intervenciones mediáticas.

En el búnker peronista también hay preocupación por “la campaña sucia” que están divisando en las redes sociales. Quienes sigue al detalle la actividad en ese plano aseguran que hay cuentas de trolls asociadas al macrismo, que fueron creadas en el 2015 y que muchas de ellas fueron reactivadas durante el juicio contra Cristina Kirchner en la causa de Vialidad.

“Son cuentas que agreden, que construyen mentiras y que tratan de armar verdades en base a imágenes y videos falsos”, indicaron en el equipo de campaña de Massa. Esas cuentas las relacionan al PRO y no a los libertarios que, según aseguran en el oficialismo, tienen usuarios reconocibles, con nombre y apellido. Usuarios genuinos.

En las últimas semanas circularon videos de Sergio Massa claramente adulterados. Fueron reenviados miles de veces por WhatsApp adjuntado a textos en los que se llamaba a no votarlo. Videos que fueron denunciados por dirigentes del peronismo y exponen la campaña sucia que hay en redes sociales.

Además, advierten que el sector libertario empezó a instalar la idea de que hubo fraude en las elecciones generales y que también puede haber en el balotaje. El propio Milei lo hizo en la entrevista que le brindó al periodista Jaime Bayly pocos días atrás cuando aseguró que “hubo irregularidades” en el proceso electoral que pudieron haber afectado el resultado.

En el oficialismo ven detrás de todas esas maniobras las recomendaciones de Roger Stone, un asesor del ex presidente norteamericano Donald Trump que estuvo involucrado en la toma del Capitolio. Temen que si existe un triunfo ajustado de Massa, el libertario no reconozca la derrota y se multiplique la ola de violencia en las redes sociales, donde está concentrada la campaña de Milei. Lo peor podría llegar si hay un correlato en la calle. Así lo analizan en este momento álgido de la campaña.

En el tramo final del proceso electoral crece la desconfianza y las acusaciones cruzadas. Los votos del domingo 19 disiparán la tormenta en la que está envuelta la Argentina y se pondrá fin al extenso año electoral. Un nuevo gobierno está cerca de desembarcar.

Fuente: infobae

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