El bloque de senadores de Cambiemos apuesta a sancionar este miércoles el proyecto de Presupuesto 2019. Con esto, Mauricio Macri busca emitir un gesto que va más allá de una aprobación legislativa: en la sesión del Senado el oficialismo se juega la credibilidad política externa del Gobierno, el apoyo de los mercados, cierta estabilidad para la economía, el resquebrajamiento del PJ y una proyección política del Presidente para su reelección.
Tanto en la Casa Rosada como en el bloque de Cambiemos del Senado aseguraban el domingo por la noche a Infobae que cuentan con más de 40 escaños en la Cámara alta para asegurarse el proyecto que viene de Diputados sin retoque alguno para que sea sancionado de inmediato.
La premura del Gobierno encuentra su explicación en la política doméstica pero también en el plano internacional, por la proyección de la imagen de la Argentina hacia afuera.
«Estamos en un punto de inflexión donde la aprobación del presupuesto marcará el antes y el después de la crisis económica», se sinceró ante Infobae un encumbrado funcionario del Ejecutivo.
En el plano local, la sanción del Presupuesto 2019 será el corolario que encontrará el Gobierno para cerrar la extensa y ardua negociación de varios meses que tejió la Casa Rosada con los gobernadores del PJ.
Las metas fiscales previstas en el presupuesto contemplan una drástica reducción del déficit primario que alcance el equilibrio fiscal (0% del PBI en 2019), hasta llegar a un superávit fiscal de 1,0% del PBI en 2020. Este es el eje esquemático del proyecto reeleccionista de Macri para sacar adelante a la Argentina de una economía quebrantada.
Como contrapartida, los ministros Rogelio Frigerio (Interior) y Nicolás Dujovne(Hacienda) lograron sellar un acuerdo de austeridad con los gobernadores que permitirá el traspaso de servicios y una reducción del déficit a cambio del acuerdo fiscal con extensión de cobro de algunos impuestos.
Pero desde esta lógica de negociación con los gobernadores del PJ y con el jefe de la bancada de senadores peronistas Miguel Pichetto el oficialismo logró sin quererlo una fisura interna en el peronismo. Se prevé que al menos 12 de los 24 senadores que lidera el senador por Río Negro apoyarán el presupuesto. En la práctica, esto significa un quiebre del PJ entre el kirchnerismo y algunos senadores que responden directamente a un puñado de gobernadores opositores a Macri en el PJ.
Sin dudas, estas divisiones internas que se dieron en el peronismo por el debate del presupuesto terminarán jugando en favor de Cambiemos en el escenario electoral que se avecina para las presidenciales.
Desde el plano de la economía doméstica, la sanción del presupuesto también es para el Gobierno un mensaje que Macri quiere dar a los mercados para mostrar una Argentina «de cuentas equilibradas, ordenadas y creíbles», dijo un senador de Cambiemos.
Claro que no todos creen que el proyecto presupuestario sea plenamente real con los números que se presentaron: un dólar a USD 40,10, un crecimiento económico (PBI) negativo de -0,5% y una inflación promedio anual (IPC) de 34,8 por ciento.
No obstante, desde la Casa Rosada aseguran que sancionar el Presupuesto acordado con déficit cero será «un mensaje histórico» de un gobierno que jamás se puso como meta ese nivel de gasto público.
Hacia el exterior también el Gobierno busca dar un mensaje claro y preciso a dos actores clave: la misión del FMI que esta semana termina de cerrar la segunda etapa de la ayuda financiera para la Argentina y los presidentes del G20 que estarán en Buenos Aires a fin de mes.
«Todo va a salir antes del G20 como fue planificado, el presupuesto, el acuerdo fiscal y los cambios impositivos. Esto será una buena señal al mundo y a los mercados ya que Macri se garantiza para el año que viene un frente fiscal y finanaciero seguro», explicó anoche a Infobae un allegado al ministro Frigerio.
Macri buscará mostrar así en cada una de las reuniones bilaterales con jefes de Estado que mantendrá antes y durante la cumbre del G20 que «Argentina ya es un país confiable».
El Presupuesto y el acuerdo con el FMI serán las dos cartas de presentación de Macri ante Donald Trump, Xi Jinping, Vladimir Putin, Angela Merkel, Emanuele Macron y otros presidentes que se reunirán a solas con el mandatario argentino.
En esta suerte de ola de optimismo que circula ahora en la Casa Rosada incluso hay quienes se entusiasmaron con la idea de que Argentina logrará -tras la Aprobación del presupuesto y con la llegada del G20- la esperada inclusión del país en el selecto grupo de naciones desarrolladas que están nucleados bajo la OCDE.
Marcelo Scaglione, el secretario de Estado que depende de Dujovne y se encargó en los últimos tres años de tejer las reformas para que Argentina sea incluida en la OCDE, avanzó en las últimas semanas con negociaciones clave. Hubo un apoyo sustancial de los emisarios de Estados Unidos en esa organización y en el Gobierno se entusiasman con la idea de que antes de la cumbre de presidentes pueda llegar a darse un anuncio «histórico».
Todos estos mensajes y muchos más espera dar el Gobierno desde el miércoles en el Senado con un presupuesto sancionado y unas cuentas supuestamente previsibles para el año que viene.
