El auditorio del subsuelo del Gobierno porteño, en Parque Patricios, se colmó esta tarde como pocas veces. Funcionarios, dirigentes, asesores, diputados y legisladores se apiñaron para escuchar al jefe de Gobierno en la primera reunión de gabinete ampliado desde la contundente performance electoral de Cambiemos en las elecciones. Ovacionado, Mauricio Macri aseguró tener «una enorme responsabilidad» de cara al ballotage del 22 de noviembre, dijo que el resultado depende de su espacio político, pidió «no defraudar» a los votantes y no detenerse en la temerosa campaña lanzada desde el oficialismo y encabezada por Daniel Scioli.
Recién llegado de Tandil y tras festejar ayer el campeonato Xeneize, Macri aprovechó la reunión para darle el puntapié inicial al último tramo de la campaña electoral de cara a la segunda vuelta. Antes, fueron Horacio Rodríguez Larreta, Emilio Monzó, Marcos Peña, María Eugenia Vidal y Gabriela Michetti quienes precedieron en la palabra al líder del PRO, frente a un auditorio exultante. La gobernadora electa –que pidió alejarse por un par de días de los medios de comunicación para descansar– agradeció a la militancia y rogó redoblar esfuerzos por la candidatura de Macri: «Ahora nos necesita». Peña, por su parte, apeló a la «humildad» para encarar las tres semanas restantes antes del ballotage.
En paralelo, el equipo de comunicación porteño empezó a distribuir en las últimas horas un correo electrónico con las «siete ideas para ganar el ballotage». «El poder de la gente», «saber que aún falta», «transformar la energía en acción», «no caer en el juego», «siempre cerca de la gente», «grandeza» y «venimos muy bien» son los siete ítems sobre los que Cambiemos apuntalará la postulación de Macri en las semanas próximas.
«No nos preocupemos por la campaña del miedo que lanzó el kirchnerismo. Eso se terminó el 25 de octubre. No entremos. No hace falta contestar las mentiras que van a tirar. Es lo que buscan. Que entremos en su juego. La mejor manera de responder a esa campaña es ignorarla y seguir expresando nuestro mensaje de positividad y entusiasmo», es el resumen englobado bajo el rótulo «no caer en el juego». Es la línea que tratará de sostener el macrismo frente a la feroz campaña desplegada por el kirchnerismo en medios de comunicación y redes sociales, que apunta a socavar la figura del jefe de Gobierno y apelar al «miedo» ante una eventual gestión PRO a nivel nacional.
Según su entorno, el jefe porteño está «decepcionado» con Scioli por la campaña en su contra: es la palabra a la que más apeló en las últimas horas para graficar sus sensaciones con el gobernador bonaerense, con quien tiene una relación íntima desde hace dos décadas. Sin embargo, desde el Gobierno porteño están convencidos de que la estrategia del Frente para la Victoria no rendirá frutos para el oficialismo. Los sondeos encargados en las últimas semanas arrojan, según el equipo de campaña de Cambiemos, que la credibilidad de Scioli descendió a niveles récord. Que eso se trasladó a una suba en la cantidad de encuestados que «jamás votarían» por el gobernador y que, por el contrario, el índice votantes que «jamás votarían» por Macri descendió.
Esta tarde, y luego de la reunión de gabinete ampliado, el líder del PRO se abocó a la filmación de los spots publicitarios que empezarán a inundar los canales de aire y cable a partir del próximo jueves. Mañana, en tanto, empezará de nuevo las recorridas por el interior del país: empezará por Formosa y Corrientes y seguirá por Santiago del Estero, Tucumán, Salta y Jujuy. El sábado tiene previsto un acto en La Plata, donde Cambiemos se impuso en la elección municipal.
El viernes, Macri canceló toda su agenda: dedicará casi todo el día a estudiar y prepararse para el debate presidencial del 15 de noviembre en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Sus asesores comunicacionales lo van a foguear para no dejar ningún escenario posible librado al azar.