María Eugenia Vidal reconoce el liderazgo institucional de Mauricio Macri, pero en los últimos meses profundizó sus diferencias políticas con el Presidente. Vidal consideraba un error que Macri buscará su reelección en medio de un fuerte plan de ajuste y en sucesivas ocasiones propuso planes alternativos para evitar una probable caída electoral frente al peronismo bonaerense. El presidente y Marcos Peña rechazaron las sugerencias de Vidal, y con la derrota ante Axel Kicillof la relación política entre Macri y la gobernadora quedó otra vez bajo fuego cruzado.
Macri sabía que Vidal había acordado con ciertos intendentes del conurbano -Tres de Febrero, Lanús y Quilmes, por ejemplo- una táctica electoral que podía complicar sus posibilidades en Buenos Aires. Se trataba de esconder la imagen del Presidente en la campaña y doblar las boletas para evitar que Macri apareciera sobre los pupitres que se usan en los cuartos oscuros. Esa táctica tuvo beneficios parciales: renovaron los intendentes de Lanús y Tres de Febrero y perdió su colega de Avellaneda.
El Presidente asume que esa táctica fue equivocada y que Vidal no superó personalmente la derrota en las PASO frente a Kicillof. Macri cuenta la diferencia de votos que existen entre la gobernadora derrotada y los obtenidos por el gobernador electo del Frente de Todos, y concluye que hubiera llegado al balotaje si hubiera sido distinta la estrategia proselitista en Buenos Aires.
La gobernadora tiene dos documentos internos que le permiten demostrar que hizo una profunda campaña en toda la provincia y que su resultado electoral no fue un factor determinante para explicar por qué Macri no llegó al balotaje. “La lista encabezada por María Eugenia Vidal y Daniel Salvador incrementó, estimando resultados escrutados al 100 %, 633.785 votos entre las PASO y las elecciones generales”, dice uno de los papers a los que accedió Infobae.
Y remata: “La lista encabezada por María Eugenia Vidal y Daniel Salvador incrementó para la categoría Presidente de la Nación, estimando resultados escrutados al 100%, 714.238 votos entre las PASO y las elecciones generales”.
En Gobierno aseguran que los números esgrimidos por Vidal son correctos, pero hacen otra lectura de los resultados en la provincia de Buenos Aires. En el primer piso de la Casa Rosada explican que la gobernadora “no puso el ímpetu necesario” para enfrentar un resultado que no esperaba nadie.
–¿Ímpetu?-, replicó Infobae.
-Mirá lo que hizo Macri: se puso la campaña al hombro. Esa es la diferencia entre un líder y un proyecto de líder en formación.
El cuestionamiento a Vidal no implica una caracterización de su lealtad. Al contrario, valoran la ética personal y política de la gobernadora. Sin embargo, en Casa Rosada añaden que Vidal sufrió personalmente la derrota y que en lugar de buscar cercanía con Macri, se corrió de la influencia presidencial, negó su protagonismo en la campaña y recorrió casi en soledad los 135 distritos provinciales.
Con el resultado puesto, Macri analizó -desde su perspectiva- los distintos factores que favorecieron al triunfo de Fernández. El Presidente tomó en cuenta la situación económica, la unidad del peronismo y la diferencia de votos entre Vidal y Kicillof. La gobernadora bonaerense, en cambio, no se olvida cuando reclamó desdoblar los comicios, cerrar un acuerdo de colectoras con Sergio Massa y forzar la renuncia de Nicolás Dujovne, que aplicaba el plan de ajuste del Fondo Monetario Internacional.
Distintas miradas que desembocan en un hecho político a prueba de dudas y recelos palaciegos: Fernández asume como presidente el próximo 10 de diciembre.