Fue una carta breve y protocolar. Pero suficiente como para despejar dudas y ahuyentar rumores de malestar. El presidente Mauricio Macri le envió una carta al Papa Francisco para felicitarlo por el Día del Pontificado y de esta manera buscó afianzar las relaciones en medio de las especulaciones por la decisión del Santo Padre de no visitar el año que viene la Argentina, a pesar de que irá a Chile y a Perú.
Según pudo confirmar Infobae por fuentes calificadas del gobierno, el jueves pasado Macri le envió una escueta carta a Francisco con salutaciones por el Día del Pontificio, aunque la Casa Rosada evitó que trascendiera para evitar comentarios. La envió por medio de la Cancillería y con la Nunciatura de Buenos Aires como intermediaria; se trató de un mensaje formal y estrictamente diplomático. Pero en este contexto, el escrito fue leído con varias aristas políticas.
Con apenas tres párrafos de forma, la carta del Presidente al Papa sostiene sustancialmente: «Le hago llegar, en mi nombre y de todo el pueblo argentino, un afectuoso saludo con motivo del Día del Pontífice junto con nuestro reconocimiento y felicitaciones por la infatigable tarea que desarrolla en todo el mundo», escribió Macri. No mucho más.
Sin embargo, en medios diplomáticos y en clave eclesiástica, la misiva de Macri a Francisco sirvió para despejar dudas y eludir eventuales interpretaciones de un malestar de la Casa Rosada por la decisión del Papa de no visitar la Argentina en el 2018.
«Se trató de una carta formal y de salutación. La relación del Presidente con el Papa es muy buena y afectuosa. Pero ustedes hagan las interpretaciones que gusten», comentó a Infobae un destacado funcionario del gobierno.
En rigor, la carta de Macri al Papa llega en momentos complejos y signados por mensajes cifrados del Vaticano hacia Buenos Aires. Al menos tres hechos recientes tensaron las relaciones del Papa con la Casa Rosada: el anuncio papal de no visitar la Argentina el año que viene; la invitación a Roma a un grupo de fiscales y jueces argentinos entre los que se encuentra la procuradora general, la kirchnerista y enemiga del gobierno, Alejandra Gils Carbó; y las expresiones recientes del canciller de las Academias Pontificias, Marcelo Sanchez Sorondo, que dijo que el Papa no venía al país «para no ampliar la grieta».
Todos estos factores fueron tema de análisis de la alta cúpula del gobierno en los últimos días. De hecho, Infobae destacó una reunión que mantuvo Macri con sus allegados para analizar los motivos por los que el Papa había definido no visitar la Argentina en el 2018; luego de ese cónclave, se optó por no dar una respuesta y llamarse a silencio. «Francisco siempre está invitado a la Argentina. Siempre será bien recibido y es por ello que el gobierno ya giró varias veces la invitación formal al Vaticano para que su Santidad venga a su tierra natal», dijeron en la Casa Rosada hace dos semanas, como respuesta al mensaje papal de la visita a Chile y Perú.
Luego llegaron las expresiones de Sanchez Sorondo, quien justificó la decisión de Francisco de no visitar la Argentina en una frase contundente: «Ir a la Argentina para generar, no paz, sino más división, más grieta… Supongo yo que es la explicación, no va para no ampliar esa grieta. Estará esperando el momento apropiado», dijo. Se supo que esas palabras no cayeron bien en el entorno del Presidente.
El pasado jueves fue el día del Pontificado que se recuerda la muerte de San Pedro, el primer Papa de la historia que murió el 29 de junio del año 64 D.C en Roma, en la Colina Vaticana, en el Circo de Nerón. Según los textos bíblicos San Pedro pidió a sus verdugos que colocaran su cruz de cabeza, porque se sentía indigno de que su cruz estuviera de pie, como la de Cristo. La carta de Macri al Papa buscó dejar atrás momentos de rispidez entre el gobierno y la Santa Sede.