El presidente Mauricio Macri se pronunció sobre el ataque que los Estados Unidos, Francia y el Reino Unido llevaron adelante en Siria, en respuesta al presunto uso de armas químicas por parte del régimen sirio durante un ataque en la ciudad de Duma. El mandatario llamó a preservar la paz pero aclaró que el país condena el uso de este tipo de armamento. También, anunció que el Gobierno no reconocerá las elecciones en Venezuela y se solidarizó con Ecuador por el asesinato de tres periodistas por parte de la guerrilla.
Al hablar ante la sesión plenaria de la VIII Cumbre de las Américas en Lima, Macri pidió «evitar acciones que generen una escalada de tensión» y reiteró su «firme condena al uso de armas químicas, tal como ocurrió en los últimos días en Siria».
«La Argentina hace un llamamiento a la comunidad internacional para hacer esfuerzos que permitan preservar la paz y seguridad, evitando acciones que generen una escalada de tensión y, asimismo, insta a que se sigan caminos de diálogo en el marco de los compromisos internacionales existentes», dijo ante los líderes de la región que participan de la cumbre.
Por otro lado, el mandatario informó que la Argentina no reconocerá las elecciones convocadas para mayo por Nicolás Maduro en Venezuela y pidió un esfuerzo común para una «salida democrática» en ese país.
«No podemos mirar hacia otro lado cuando se atropella el derecho de los venezolanos a elegir en libertad. Eso no es una elección democrática», manifestó. Y pidió que el gobierno venezolano «deje de negar la realidad y acepte la ayuda internacional para superar la crisis humanitaria insostenible que sufre». «No hay duda que el caso de Venezula es el caso extremo de lo que puede provocar en una sociedad un proceso de corrupción descontrolado», sostuvo.
Además, el presidente condenó el asesinato de tres trabajadores ecuatorianos del diario El Comercio por parte de disidentes de las FARC y consideró que «se trata de un hecho repudiable que constituye un ataque a la libertad de prensa». El viernes el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, confirmó la muerte de los tres trabajadores que habían sido secuestrados por guerrilleros el 26 de marzo en la frontera con Colombia.
