El presidente Mauricio Macri arribará este domingo, al aeropuerto de Ezeiza tras una intensa gira durante la cual visitó al mandatario Vladimir Putin, en Rusia; participó en el Foro de Davos, Suiza y se reunió con su par de Francia, Emmanuel Macron.
El jefe de Estado también se reunió con empresarios de importantes firmas con el propósito de fortalecer el incremento comercial y generar oportunidades para la llegada de nuevas inversiones a Argentina.
Según explicó el presidente, la semana próxima es «clave» para el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea ya que en Bruselas van a estar los negociadores de ambas partes.
Tras casi dos décadas de estancamiento, las discusiones sobre el tratado de libre comercio UE-Mercosur han avanzado en los últimos meses, en un contexto favorable tras el vacío dejado por Estados Unidos desde la llegada a la Casa Blanca del proteccionista Donald Trump.
Los dos bloques intercambiaron ofertas y 90% del comercio bilateral quedaría liberado, pero la carne bovina y el etanol son los dos puntos críticos.
«Me voy (de Francia) con buenas noticias», aseguró a la AFP el mandatario argentino, haciendo hincapié en las declaraciones de Macron, quien en la víspera afirmó que este acuerdo «puede ser bueno para ambas partes» y que es «pertinente concluirlo rápidamente».
Ya de regreso a la agenda nacional, el primer mandatario tiene prevista para el lunes una reunión de coordinación con los miembros de la mesa chica del Gabinete para revisar los temas de la actualidad nacional, informó Presidencia de la Nación.
En tanto, el martes Macri encabezará un encuentro con todo el gabinete, en el que se analizarán los nuevos índices de pobreza, empleo y nivel educativo en todo el país.
El Presidente tiene además previsto encabezar el 1 de febrero, en Jujuy, junto al gobernador Gerardo Morales, el acto de restitución de la zona franca.
Además, visitará el Centro Forestal Maderero e inaugurar obras en Volcán, una localidad del departamento Tumbaya, ubicada a 40 kilómetros de San Salvador de Jujuy y a más de 2.000 metros de altura, puerta de entrada a la Quebrada de Humahuaca y de frondosa vegetación, que el año pasado sufrió un alud de agua y barro que dejó un saldo de cuatro muertos, casas destruidas y pérdidas millonarias.
