La insólita disputa entre Cambiemos y el Frente para la Victoria por el traspaso del poder sumó este miércoles una voz de peso: la del diputado nacional Máximo Kirchner. El hijo de la jefa de Estado aseguró que es «inentendible» el dictamen del fiscal federal Jorge Di Lello que concluyó que el mandato de la gestión actual de gobierno termina a las 24 del 9 de diciembre.
«Todo esto no debería estar pasando. Más allá de quién sea, a quién le toque, la desprolijidad a la que someten a los argentinos no tiene sentido. Más en un país que reciben con aviones nuevos, trenes nuevos, rutas, muy baja desocupación y un consumo muy bien y un movimiento de precios que venía hacia la baja», aseguró Máximo Kirchner en diálogo con Víctor Hugo Morales en radio Continental.
«Lo que cree uno en lo personal y en lo político es que tengamos que ir a una reunión con un fiscal que dice cuándo, cómo y dónde termina un mandato es bastante extraño para la política. Como ese famoso fallo de la Corte Suprema, que era bueno cuando incluía sólo a tres provincias, pero se volvió malo cuando se extendió a todas», argumentó.
Y completó: «Esto es un hecho inédito. A mí me llama poderosamente la atención. Uno piensa que estos son fuegos artificiales. Creo que por ahí puede ser una tomada de pelo pelear por un auto descapotable en medio de la suba de precios y estas cuestiones que le hacen mal a los argentinos».
En medio de la polémica por el traspaso presidencial, el diputado Carlos Kunkel puso en duda la presencia del kirchnerismo en la Asamblea Legislativa del 10 de diciembre. Máximo Kirchner aseguró que finalmente será el bloque legislativo el que tomará una postura sobre la actitud que tomarán mañana.
«Eso lo definirá el bloque. Yo no tengo ningún tipo de problema. A mí no me molesta el resultado electoral; uno lo tiene que aceptar. Cuando uno se somete a la voluntad popular, acepta el resultado. Nosotros vamos a tratar de ser una oposición mucho mejor que ellos», analizó.
El hijo mayor de Néstor y Cristina Kirchner fue muy crítico de Mauricio Macri. Dijo que el sábado estuvo al lado de su madre cuando el presidente electo la llamó por teléfono y escuchó un trato «muy despectivo». «Esto ya no es una cuestión personal, esta es una falta de respeto a quienes votaron a Cristina dos veces», analizó. Y agregó: «Si Macri quería pelear con la Presidente, tuvo la posibilidad en 2011 y después se bajó; lo que uno esperaba ahora es que fuera un buen ganador».
