El diputado nacional Máximo Kirchner se refirió a la diferencia de criterios que se registró el martes durante la movilización de la CGT cuando algunas columnas pidieron más firmeza en la conducción a la hora de definir la fecha de un paro general.
El hijo de la ex Presidente calificó como «muy sano» que los asistentes a un acto de esta naturaleza interpelen a sus dirigentes y analizó: «Los que están arriba de la tarima no deben enojarse por la interpelación, al contrario, deben asumirla y representarlos».
El legislador evaluó que la convocatoria masiva de la protesta responde a «las consecuencias de un plan económico planificado que lleva adelante el gobierno con plena conciencia» y ante la percepción del trabajador que ante cada punto de inflexión la administración de Cambiemos «se encuentra siempre más cerca de los sectores concentrados».
«A la movilización fueron no sólo aquellos que están sindicalizados. Por lo que uno pudo ver, había mucha gente que pidió permiso para faltar al trabajo y asistir a la marcha, darle visibilidad, engrosarla y manifestar su descontento con las políticas relacionadas al mundo de trabajo, la suba de tarifas, de los peajes, de los precios de los alimentos y también por un maltrato que se vio desde el principio de la gestión», desarrolló.
Desde algunos sectores señalaron a las organizaciones kirchneristas por los incidentes que se desarrollaron en el final de la movilización de la CGT. Máximo Kirchner aseguró que las acusaciones responden a una «actitud típica del poder macartear a los que piensan diferente» e intentó bajarle el tino a la polémica: «Son sucesos menores que tratan de atomizar u ocultar la masividad de la marcha en pequeñas tensiones, que suelen ocurrir en estos actos grandes». «Lo que uno pudo ver y escuchar fue a cientos de miles de trabajadores exigir la fecha de un paro», completó.
