Memoria

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Para Andrea Martínez

El otro día han presentado una camarita que se lleva escondida en los anteojos, maravilla que toma imágenes en un parpadeo. Y esta mañana me levanté pensando en Chito Martínez, uno de los grandes mentores del periodismo bandeño y quien me enseñó el difícil arte de ver la noticia en una fotografía e imaginar el título de solo golpe de vista.

Si no funcionara el sistema de diplomas, antigüedad y competencias, y si viviera, obvio, sería uno de los grandes profesores de la carrera de periodismo que dicen que dictan en la Universidad Nacional. Falleció antes de ver cómo se popularizaba la imagen digital, con cámaras que no se sabe qué son y un sistema que capta la luz de manera inexplicable, misteriosa. Le habría dado rabia ver la forma en que se bastardeó el dignísimo arte de tomar vistas, sacando un aparato infame del bolsillo para después mostrarlas en reunión de amigos y al cabo de un tiempo dejarlas de lado, olvidando que son un testimonio vivo de lo que sucedió.

La fotografía es lo más arduo de una noticia, porque debe redactarse sabiendo que hay una imagen que no la acompañará ni la adornará, como creen algunos, sino que será una parte fundamental, pues cuando las letras se olviden, lo que se vio como si se hubiera sido testigo, quedará en la memoria. “Es mejor si haces la foto y redactas la nota, porque el lector se dará cuenta, de manera cabal, de que nadie te contó lo que sucedió, porque estabas ahí. Además, cuando debas agacharte o subirte a una planta para componer la imagen, te quedará grabada la piel de una información, sus arrugas y vericuetos, la substancia, el caracú, porque las dificultades de mostrar todo de un solo cuadro, solamente las saben los reporteros gráficos».

Uno de los sueños de Chito era una cámara que se instalara en el ojo, para no perder el tiempo de desenfundarla: no ha llegado, pero estamos cerca. De todas maneras, desde aquellas enseñanzas ando por la vida con una colgada al cuello. Cada vez que salgo a la calle la llevo conmigo. No es gran cosa la mía, pero también hay que saber que la imagen no está en el aparato sino en la mente. Otra lección que algún día he de contar.

Amasando una tortilla. Belgrano norte al 200.

Fuente: https://juanaragon.blogspot.com.ar

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