Miguel Ángel Pichetto fue clave para que Mauricio Macri se recuperara de la dura derrota en las primarias y pusiera en marcha las convocatorias donde salió al encuentro de su electorado, movilizando a grandes franjas de la población que inauguraron un nuevo ciclo en la vida política del Presidente saliente. Tras 17 años al frente del bloque peronista en la Cámara alta, el senador deja el Parlamento y estrena un rol como opositor, aunque peleó hasta el último minuto buscando la victoria.
“Estar fuera del poder no le hace bien a nadie”, precisó y dijo que sigue impresionado por la voluntad que demostró Macri para recuperarse del 11 de agosto. Se lamentó de empresarios como los de FlyBondi que hicieron publicidad con el logo de campaña del Frente de Todos y sobre el futuro del gobierno de Fernández no quiso hablar mucho. “Hay que dejar que arme sus equipos y ver para dónde rumbea”, propuso.
– ¿Cómo está viviendo estos días de postelecciones?
– Muy bien, serenamente, como una experiencia muy importante en mi vida política, que me permitió recorrer integralmente la Argentina y estar al lado de un hombre como Mauricio Macri que ha demostrado que tiene un fuerte orgullo personal, que no se dio por vencido, que dio el debate político con mucha energía, que hizo política en la calle. Me parece que Macri ha sido un hombre muy importante en este proceso y se constituyó nítidamente en líder de la oposición. Por algo 40% del electorado argentino lo eligió y creo que su voz es importante en el proceso que viene. Muy importante lo que dijo en la noche de la elección, buscando aportar en el diseño de una cultura diferente a la ruptura institucional.
– Algo que, paradójicamente, cayó mal en el Frente de Todos. No podían creer el buen discurso que estaba haciendo Macri.
– ¿Y qué esperaban? ¿Que saliéramos a incendiar el país, que no reconociéramos el resultado?
– No lo sé. Ahora, desde mi punto de vista, usted jugó un rol muy importante al lado de Macri, saliendo a decir que había salir a pelear para obtener la mayor cantidad de bancas posibles en el Congreso.
– Yo decía que había que salir a jugar para ganar, y no darnos por vencidos. Yo dije en Barrancas de Belgrano que la pelea que se pierde es la que no se da. Y creo que el Presidente también construye una acción política con la gente en la calle extraordinaria. Los analistas políticos subestimaron eso, siempre decían que era su propio público, que no iba a crecer, que no movía el amperímetro. Y lo que estaban desconociendo era esa energía o dinámica social que se daba entre el Presidente y la gente de una manera notable. Y que se llenaban plazas convocándolas con el teléfono, sin colectivos. Es algo que minimizado por los analistas políticos y algunos encuestadores, que siempre se equivocan por lo menos en la Argentina, y que ahora se sorprenden del resultado. En realidad, el resultado y el crecimiento a Juntos por el Cambio tuvo que ver con la campaña que el Presidente hizo en la calle. Yo lo acompañé y realicé una tarea complementaria en muchos lugares del país con el mismo estilo, con la gente. Esto es un valor que lo coloca a él en un marco de liderazgo de la oposición, en donde nadie puede desconocer que el 40% no es un número que se pueda tirar a la basura.
– ¿No hay otras figuras importantes en el espacio?
– Por supuesto que sí, el jefe de Gobierno de la Ciudad es de alto voltaje, el presidente de la UCR y gobernador Cornejo que ganó, Gerardo Morales, figuras que requiere la etapa que viene, en un espacio que seguramente tendrá un esquema más participativo en el llano. Ya Macri definió el alcance y las líneas de la oposición, que será democrática y a favor de la concertación, no de colisión y conflicto, como hacía el kirchnerismo, que era una oposición de ruptura.
– ¿Cree que el resultado electoral configura un escenario propicio para un encuentro entre los argentinos?
– Sería saludable que eso sucediera, diría incluso que sería muy importante. El país necesita de políticas de Estado, de grandes acuerdos, de definiciones en el alineamiento internacional, hacia dónde vamos. Sigo pensando lo que dije en la campaña, necesitamos un capitalismo moderno, inteligente, que defiende la integración al mundo y la estructura fabril, a la vez. Cualquier otro camino es un camino hacia la oscuridad. En este momento uno tiene que ser prudente porque la etapa agonal de la confrontación ha terminado, hay un ganador que es Alberto Fernández, y hay un espacio de tiempo que él necesita armar su equipo de gobierno y hay que salir de los cuestionamientos y dejar hacer.
– ¿Lo llamó a Alberto?
– Lo llamé esa misma noche y él me devolvió el llamado, pero esa noche fue muy complicada. Al final, no hablé, supongo que porque tiene una agenda muy exigente. Yo no tengo ningún interés es ser parte del gobierno que viene, estoy en un claro lugar de oposición, de oposición democrática, y voy a estar en el espacio de Juntos por el Cambio, desde una mirada peronista, con muchos peronistas que nos acompañaron a lo largo y a lo ancho del país.
– ¿Hay muchos peronistas que están acompañando a Juntos por el Cambio?
– Absolutamente, el voto de Córdoba lo demuestra, es una construcción política donde hay muchos votos peronistas. Hemos recuperado votos en San Luis, en Santiago del Estero, en la misma Provincia de Buenos Aires se recuperaron muchos votos peronistas.
– ¿Y cómo se va estructurar eso?
– En el peronismo es indudable que tenemos que buscar un camino y un espacio para convocar a esos dirigentes que me acompañaron en mi tránsito por todo el país, y tratar de armar un espacio político que confluya bajo el liderazgo de Macri. Y ser parte de la mesa de análisis y discusión política que hay que dar en Juntos por el Cambio, un esquema de mayor participación, donde Macri tiene que estar arriba y los demás espacios que integramos esa coalición, participar en la discusión.
– Hoy salió en un recuadro en Clarín que usted le dijo a Guillermo Dietrich “pelotudo” porque FlyBondi hizo una campaña de publicidad con el slogan “pasajes para todos”, usando el logo de la coalición triunfante.
– No, no es así para nada, yo no utilicé esas expresiones, y le agradezco que me pregunte al respecto. Yo hice una valoración negativa de la conducción de la empresa FlyBondi, me pareció un acto desleal que hagan una campaña identificada con el Frente de Todos después que un gobierno que le había brindado facilidades para entrar al mercado bajo un esquema de cielos abiertos y competir. Pero nunca lo agredí a Dietrich, sí le dije: “Mirá qué tipos jodidos». Alguien pudo decirlo de otra manera, porque era una reunión reservada. Hoy lo iba a llamar, pero tampoco le di tanta importancia.
– ¿Le hace bien o mal a Juntos por el Cambio esta experiencia de la derrota?
– Mire, yo tengo una visión de que estar fuera del poder no hace bien. De todas maneras, el Presidente demostró una capacidad de soportar la decepción y dar la pelea, lo cual implica una estructura de personalidad muy interesante para la política, porque demuestra que este proyecto continúa. Además, porque debe continuar, expresó al 40% del electorado, no somos una fuerza minoritaria testimonial.
– Ahora, ¿cómo mantener la unidad de los bloques en el Parlamento?
– Lo importante en la política son los liderazgos, que son muy difíciles de sustituir. Una vez que los armás y te vinculás con la sociedad, no es fácil reemplazarlos. Si Macri tiene voluntad de continuar, nadie lo va a discutir. El demostró que fue capaz de revertir una situación como la de las primarias y llegar al 40% de los votos. Y le digo más, si la campaña duraba dos semanas más, estábamos en el balotaje. Nos faltaron algunos actos en el conurbano de la provincia de Buenos Aires. Con dos plazas del “Sí, se puede” en Lomas de Zamora o en La Matanza, hubiéramos crecido más y Alberto Fernández hubiera caído más también.
– ¿A quién se le ocurrió eso de los actos masivos?
– No lo sé exactamente. En la mesa de acción política sí se habló de la importancia de pelearla y salir del esquema cerrado y protegido de los actos. En los actos la gente lo recibía muy bien, era muy potente en el mano a mano de Macri en las plazas, fue realmente algo impresionante. Y expresó un conjunto de valores y de ideas que están arraigadas en una parte importante de la población argentina, que está enmarcada en el voto de las zonas más productivas, del centro del país, que están integradas al mundo a través de la exportación y que no pueden no ser tenidas en cuenta por el gobierno electo. Son ideas que hay que defender y el que mejor puede defenderlas es Macri, no tengo dudas.
– ¿Cómo se imagina el gobierno de Fernández?
– Hay que darle tiempo al presidente electo a que defina sus equipos y el rumbo que va a tomar, pero algunas cosas me parecen urgentes. Creo que habría que resolver el tema con Brasil, dejar de hablar de Lula, hay que respetar las instituciones del país vecinos y Bolsonaro también tiene que respetar a Fernández. En ese marco, tiene que construir una relación institucional país-país y mantener el Mercosur, porque tiene que ver con que el 20% de nuestra producción primaria va a Brasil y nuestra producción automotriz y autopartista tiene un vínculo fuerte ahí también. Hay que salir de ese tema. Sobre Venezuela mi posición es clara, creo que no hay que salir del grupo de Lima y tampoco hay que dejar de llamar dictadura al gobierno de Maduro. Esperemos que esto se entienda que hay que mantener un diálogo inteligente con los Estados Unidos (el reportaje se realizó antes de que se conociera que Fernández habló con el presidente Donald Trump).
– La última. ¿Por qué cree que falló Macri en materia económica?
– El lo ha expresado, tal vez no clarificó cómo era la situación del país cuando asumió, pensó que podía resolverlo con otra rapidez. La estructura del gasto, la rigidez del acuerdo con el Fondo, impactaron negativamente. El 2018 fue un epicentro complejo. Pese a todo, va a entregar un país en mejores condiciones del que recibió, con autoabastecimiento de gas y cercano al autoabastecimiento petrolero si siguen llegando las inversiones en la Patagonia y Vaca Muerta, un sistema energético amplificado con energía renovable. Hay que pensar que Argentina importaba energía por 15 mil millones de dólares por año. Y, fundamentalmente, entrega una estructura de gasto público con superávit fiscal. No es tierra arrasada como dicen, hay paz social por un gasto social que la Argentina puso, y eso también es un mérito. No hay desmadre ni grandes complejidades. Argentina tiene problemas económicas desde hace 40 años, porque no hay un proceso de crecimiento que permita superar la pobreza estructural, que a veces crece, a veces baja, pero los problemas son los mismos. Además, en este país se habla mucho de la pobreza, como si ser empresario o emprendedor fuera algo así como un pecado, pero es un tema que hay que dejarle a algunos académicos para que analicen, como lo hace el italiano Loris Zanatta.