Londres. Las investigaciones del caso del ex doble agente de espionaje ruso envenenado, Serguei Skripal, avanzan con “velocidad y profesionalismo”, según afirmó ayer la ministra británica del Interior, Amber Rudd, tras una sesión del gabinete de seguridad.
En las pesquisas participan más de 250 policías de la unidad antiterrorista, que identificaron a más de 200 testigos y pusieron a resguardo 240 pruebas.
El pasado domingo, Skripal, de 66 años, y su hija Yulia, de 33, fueron encontrados inconscientes, con síntomas de envenenamiento, en el banco de un parque cerca de un centro comercial en la localidad inglesa de Salisbury.
Skripal, excoronel del servicio secreto ruso GRU, fue condenado en Rusia por espiar para Reino Unido y puesto en libertad en 2010 en un canje de espías con EE.UU.
El caso despertó el recuerdo de la muerte del exagente de inteligencia ruso Alexander Litvinenko, que murió en 2006 tras ser envenenado en Londres con té que contenía isótopos radiactivos.
Según la Policía, fueron víctimas de un ataque con un agente nervioso. Actualmente, continúan en estado crítico. También recibe tratamiento un agente de policía que está “gravemente enfermo”, según Rudd, pero quien ya interactuó con su familia.
Tras el envenenamiento de Skripal, aumentaron las tensiones diplomáticas entre Reino Unido y Rusia.