Moldavia vuelve a las urnas para elegir al próximo presidente bajo el temor a la injerencia rusa

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Un hombre vota en un colegio electoral durante la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Chisinau, Moldavia, el 3 de noviembre de 2024. REUTERS/Vladislav Culiomza

Los moldavos votan este domingo en una elección presidencial tan solo dos semanas después de la ajustada victoria del “sí” en el referéndum sobre el ingreso a la UE, para confirmar o cuestionar la senda europea, en unos comicios marcados por el temor a la injerencia rusa.

Los analistas pronostican una reñida batalla en este país de 2,6 millones de habitantes, similar a la que se vivió en las legislativas del fin de semana pasado en Georgia, otra ex república soviética, donde el partido gobernante se impuso por estrecho margen.

Sandu, de 52 años, obtuvo el 20 de octubre en la primera vuelta el 42,5% de los votos, frente a un 26% para Stoianoglo, de 57 años. Pero este último puede contar con el apoyo de varios candidatos menores.

La presidenta en ejercicio y candidata presidencial de Moldavia, Maia Sandu, emite su voto en un colegio electoral durante la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Chisinau (REUTERS/Vladislav Culiomza)
La presidenta en ejercicio y candidata presidencial de Moldavia, Maia Sandu, emite su voto en un colegio electoral durante la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Chisinau (REUTERS/Vladislav Culiomza)

Los colegios electorales abrieron a las 07H00 locales (05H00 GMT) y cerrarán a las 21H00. Una hora más tarde deben empezar a publicarse los primeros resultados parciales.

El “voto honesto”

El “sí” se impuso apenas con un 50,35% de los votos en el referéndum sobre la inclusión en la Constitución moldava del proyecto de adhesión a la Unión Europea (UE).

El bando presidencial atribuyó la estrecha victoria a compras masivas de votos y, para tratar de evitar que eso vuelva a ocurrir este domingo, intensificó su campaña en redes sociales y en los pueblos.

La presidenta Sandu afirmó que ese resultado representaba un “primer paso”, logrado en “combate injusto” y que ahora había que “ganar las elecciones del domingo” para “poner rumbo a la integración europea en 2030″.

Las negociaciones de adhesión se abrieron formalmente en junio de este año.

Un votante emite su voto en un colegio electoral durante la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Chisinau (REUTERS/Vladislav Culiomza)
Un votante emite su voto en un colegio electoral durante la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Chisinau (REUTERS/Vladislav Culiomza)

En su último mensaje de campaña, Sandu, una execonomista del Banco Mundial, llamó a la movilización del “voto honesto”.

”No se dejen engañar por estafadores”, reiteró en los últimos días.

”Si alguien le ofrece dinero para votar contra un candidato, rechácelo”, advierte la policía en mensajes enviados por teléfono o transmitidos por altavoces en los supermercados.

Stoianoglo, por su lado, hizo campaña con un lenguaje sin asperezas y con un vocabulario en el cual las palabras rusas se entremezclan con la lengua oficial rumana.

En un discurso, el candidato prometió ser “el presidente de todos” y negó “tener relaciones con el Kremlin” o cualquier implicación “en fraudes electorales”.

El candidato presidencial de Moldavia prorruso, Alexandr Stoianoglo, habla con los medios en un colegio electoral de Chisinau (REUTERS/Vladislav Culiomza)
El candidato presidencial de Moldavia prorruso, Alexandr Stoianoglo, habla con los medios en un colegio electoral de Chisinau (REUTERS/Vladislav Culiomza)

Tras depositar su voto junto a su mujer y su hija, declaró que buscaba un país “que no pida limosna, sino que desarrolle relaciones armoniosas tanto con el este como con el oeste”.

El país está extremadamente polarizado. En la capital, Chisinau, y en la diáspora predominan los simpatizantes de la causa europea; en las zonas rurales, así como en la zona separatista de Transnistria y en la región autónoma de Gagaúzia, están más volcadas hacia Rusia.

Campañas de desinformación

Acsenia, una jubilada de 56 años en Chisinau, lamenta que “los resabios soviéticos sigan impregnando tan a fondo” a esta exrepública soviética, independiente desde 1991.

”Confío en Maia Sandu para guiarnos por el buen camino, junto a las potencias europeas grandes y libres, lejos del tipo de dictadura que algunos tratan de imponernos”, agrega la mujer, que pidió no ser citada por su apellido.

Pero otros, como Zinovia Zaharovna, de 75 años, se niegan a fusionarse con la UE e insisten en la necesidad de mantenerse “independientes”.
Un funcionario electoral espera a los votantes en un colegio electoral durante la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Moldavia (REUTERS/Vladislav Culiomza)
Un funcionario electoral espera a los votantes en un colegio electoral durante la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Moldavia (REUTERS/Vladislav Culiomza)

”Muchos [moldavos] temen también verse arrastrados a la guerra” y por eso preferirán “un candidato que mantenga buenas relaciones con Moscú, ya que consideran que es una garantía de que no serán atacados”, dijo a AFP Andréi Curararu, del laboratorio de ideas WatchDog.

La votación es seguida con atención por la UE y por Estados Unidos, preocupados por la posibilidad de que Rusia la perturbe.

La policía moldava reportó entre las dos vueltas importantes campañas de desinformación por correos electrónicos falsos y amenazas de muerte.

Moldavia está “pagando un alto precio” por su decisión de cortar lazos con Rusia, subraya el experto de WatchDog.

(Con información de AFP)

Fuente Infobae

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