Dos altos jefes y otros cinco funcionarios policiales resultaron heridos de diversas gravedad al ser emboscados por al menos tres delincuentes que habrían estado liderados por un joven conocido como Ángel «Monito» Castaño.
Los atacantes se ocultaron en una zona montuosa y cuando los uniformados pasaron en los móviles de la fuerza, les dispararon con escopetas. Anoche, los acusados estaban atrincherados en una casa.
De acuerdo con lo manifestado por las fuentes, el hecho se registró alrededor de las 20 en Campo Rosso, distante unos cinco kilómetros del casco céntrico de Añatuya, ubicado a la vera de la ruta 92.
Según explicaron, el sector sería casi una zona rural y los vecinos comenzaron a escuchar disparos, por lo que alertaron a la Policía.
En primera instancia, habrían sido dos agentes del Escuadrón Táctico Motorizado de la Departamental 13, quienes constataron que había un sujeto efectuando disparos y habrían identificado a éste como Ángel «Monito» Castaño, por lo que rápidamente solicitaron refuerzos.
Las fuentes relataron que habría sido en ese momento que el comisario mayor Cáceres, jefe de la Departamental, alertó de la situación a su par de la Seccional 41, comisario Pacheco, y en dos camionetas se dirigieron al lugar con otros cinco efectivos.
Cuando estaban llegando, atravesaron por unos caminos en medio de una zona montuosa, donde habrían estado escondidos los agresores -se presume que «Monito» contó con la ayuda de al menos otros dos hombres- y sin que los uniformados pudieran percatarse de su presencia, los sujetos comenzaron a disparar con escopetas.
El lateral izquierdo de las dos camionetas es prueba de ello, con decenas de marcas de perdigones. Varios de ellos impactaron en los cristales que estallaron y los proyectiles dieron en los rostros, cabezas y tórax de los uniformados.
Reacción
Los testimonios daban cuenta de que dos de los efectivos habrían logrado descender de los vehículos y repeler el ataque con sus armas reglamentarias. Ello habría motivado que «Monito» y sus cómplices se dieran a la fuga. Ante esa situación, los funcionarios policiales trasladaron a sus compañeros hasta el Hospital Zonal de Añatuya.
Las fuentes indicaron que los comisarios Cáceres y Pacheco presentaban heridas en su cuello, rostro y cabeza, y en la nariz, cabeza y pómulo, respectivamente.
El resto de los heridos fueron: cabo primero Juan Luna, presentaba un perdigón en la mano; cabo Ramón Coria, un perdigón en la cabeza y en la mano; oficial subinspector Elvio Cejas, un perdigón en el brazo); agente Adrián Vera, un perdigón en la nariz y el agente Lucas Kairallah, perdigón debajo del ojo derecho.
Procedimientos
La noticia corrió como reguero de pólvora y en minutos la fiscal María Emilia Ganem se hizo presente en el centro de salud para interiorizarse de lo sucedido, mientras asistían a los heridos y se evaluaba el traslado de los más afectados al Hospital Regional de esta ciudad.
La representante del Ministerio Público ordenó que se solicite la colaboración de las dependencias más cercanas, la presencia de Infantería y el Usar (Unidad para Situaciones de Alto Riesgo), se dispuso el cierre de rutas para luego diagramar los procedimientos en Campo Rosso.
Fuente: el liberal