Monotributo: sin actualización y sin beneficio sostenible en el pase al régimen general

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Durante un período de al menos 6 meses, en 2020, se comenzó a debatir la nueva fórmula jubilatoria. Tanto diputados como senadores estaban al tanto que la actualización de escalas y topes del Monotributo dependían de esa fórmula que quedó sin efecto por DNU presidencial.

Un mes previo a la finalización del año, los pequeños contribuyentes comenzaron a consultar cual sería el nivel de actualización y en muchos casos se tomaba en consideración los haberes mínimos de los jubilados y pensionados que se fue dando por decreto: 35,3 por ciento. ¿Pero nadie lo previó? ¿Fue una omisión, desidia o fue a propósito? Ningún diputado presentó proyecto de ley para actualizar las escalas y topes. Sólo el Ejecutivo envío, recién el último día de 2020, un proyecto de ley con la actualización y un supuesto “plan puente” para el régimen del monotributo en el caso que sus contribuyentes pasasen al régimen general para ser tratado en sesiones extraordinarias.

El 1 de enero de 2021 3.850.000 monotributistas no tenían la actualización de escalas ni topes y AFIP los obligaba a recategorizarse con la vieja tabla de 2020 aunque en la página se anunciaba que ya estaban los nuevos valores y tabla del régimen que no era más que los actuales valores sin actualización. El día límite para la recategorización era el miércoles 20 de enero, pero la AFIP ha decidido extenderlo hasta el 31 de enero. Sin embargo, la AFIP no puede extender aún más el plazo por lo cual muchos se han anotado con la tabla y escalas 2020 y otros deberán hacerlo así de no haber cambios y sancionarse el proyecto de ley antes de que termine este mes con los cambios de escalas y topes.

El monotributista suele tener facturación constante que se va incrementando por inflación. Por eso muchos en esta recategorización con tabla de 2020 y sin actualización deberán subir de escala o, directamente, pasar al régimen general con hasta 10 veces más presión impositiva. El mismo Estado que contempló que los monotributistas la estaban pasando mal en la pandemia y le dio créditos a tasa 0 los deja sin actualización para la recategorización.

El nuevo proyecto de ley para ser abordado en sesiones extraordinarias del Congreso de la Nación podría tratarse del 20 de enero al 28 de febrero, por lo cual la incertidumbre y situación de los monotributistas se puede prolongar. Incluso si se proponen cambios o modificaciones en el proyecto que son necesarias podría ir y venir poniéndole más intranquilidad al camino para el pequeño contribuyente.

Las cinco consideraciones del nuevo proyecto de ley del Régimen de Sostenimiento e Inclusión Fiscal para los sujetos comprendidos en el Régimen Simplificado para Pequeños Contribuyentes:

1 – Exceso de facturación vs falta de actualización. El proyecto expresa que si los contribuyentes se excedieron en la facturación hasta un 25% inclusive podrán optar por continuar en el régimen simplificado, pagando un monto adicional. Si superan ese 25%, pero deciden pasar voluntariamente al régimen general, pueden volver a ser monotributistas. El proyecto de ley no contempla una gran irregularidad del sistema tributario que no actualizó correctamente las escalas y tope del régimen por evolución de inflación y del tipo de cambio en los últimos 22 años. No es que el contribuyente se pasa del tope, sistemáticamente no hubo actualización generando que cada vez más contribuyentes pasen al régimen general sin importar las consecuencias futuras para el contribuyente y el desarrollo del ecosistema mipyme. Cuando se creó el régimen simplificado, en 1998, el tope para pertenecer era de $144.000, o la misma cantidad de dólares convertibles. Hoy, un prestador de servicios tiene un tope de facturación de $1.739.493,79, unos USD 11.600, y de $2.609.240,69 para la comercialización de bienes (USD 17.400).

2 – Plan puente vs plan “fosa Ganancias”. El plan puente no morigera el impacto del impuesto a las Ganancias a lo largo del tiempo sino solo por el período del traspaso. Es decir, un año. Al segundo año la carga tributaria, por economía de escala y facturación, se vuelve insostenible y la posibilidad de cierre o crecimiento de la informalidad aumenta. El proyecto contempla un crédito fiscal adicional en IVA equivalente al impuesto que se les hubiera facturado y discriminado en los 12 meses anteriores a la fecha de la exclusión o renuncia y una deducción adicional en ganancias. Eso equivale al monto neto de IVA facturado durante los 12 meses anteriores a la fecha de la exclusión o renuncia. Los pasos de una escala a otra en todos los regímenes simplificados virtuosos de la región (Brasil, Uruguay y Chile, por ejemplo) son pagos de ganancias desde 3% hasta el 30% de Ganancias por escalas de hasta 500.000 o 1 millón de dólares de tope.

3 – Plan Puente Vs Plan Fosa IVA. El proyecto de ley involucra una reducción del saldo deudor en el IVA que será del 50% en el año posterior al pase de régimen, del 30% el siguiente y del 10% el tercero, y un crédito fiscal por el IVA de las compras hechas mientras fueron monotributistas. Para el caso de bienes debió haber sido el 10,5% de IVA y para el caso de servicios este proyecto los hunde porque no tienen posibilidad alguna de compensar el IVA. Se desconoce la naturaleza de la prestación de servicios en este proyecto de ley por lo cual será insostenible para aquellos que pasen al régimen general. Ningún prestador de servicio que cobra sin IVA en el monotributo puede agregarlo al precio final del servicio en la factura en el régimen general para entidades que están exentas porque quedaría fuera de mercado.

4 – Sin solución para el autónomo. El proyecto de ley prevé el pase, pero no las condiciones. En autónomos, el contribuyente debe además de pagar 30% de Ganancias, 21% de IVA y hacer esas liquidaciones a través de un contador que cobra honorarios. A esto se le suma que al pasar a autónomos pierde la obra social que incluía el Monotributo y la debe pagar aparte. Por otra parte, el proyecto de ley no soluciona el problema de que quien pasa de régimen debe permanecer al menos 3 años en el nuevo para volver al Monotributo. Es decir, una condena de un tercio de década más allá del resultado del negocio. Las consecuencias son que al caer la economía y no poder volver hacia atrás, la presión tributaria es letal incluso por la misma facturación que tenía en el Monotributo pero pagando ganancias e IVA como autónomo. Una condena inentendible hacia 400.000 autónomos en nuestro país.

5 – Sin previsión de desarrollo mipyme local. Establecer bajos niveles de tributación en el nacimiento o estadio más bajo empresario es fundamental para la consolidación del desarrollo pyme de un país. Según un informe del Banco Mundial, casos de crecimiento gradual de la tributación en relación a la facturación con régimen simplificados extensivos son ejemplo a seguir para el desarrollo pyme. Un “plan puente” como el que contempla este proyecto de ley no sirve cuando el peso de estar en tierra es tan costoso que es mejor trabajar en la informalidad absoluta. Esto ya pasa. Es necesario un “plan horizonte”, un “plan camino”. Nadie asume riesgos de quedarse sin nada cuando el costo de dar un paso hacia adelante implica no poder dar un paso más en el futuro, ni un paso atrás si es necesario. El mejor plan es no hacerlo. Estas miles de voluntades individuales detenidas es el costo de falta de crecimiento que está pagando nuestro país desde hace ya 10 años. La palabra “inversión” no es utilizada por estos pequeños contribuyentes, y menos por las mipymes hace años.

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