La decisión de la evaluadora, reproducida por la agencia NA, parece sustentarse exclusivamente en factores exógenos a las políticas y desempeño de cada entidad bancaria en particular.
Parece traslucir la expectativa de una agudización de la política regulatoria y de absorción del exceso de liquidez que caracteriza al sistema en la actualidad, como parte de la estrategia de financiamiento del sector público.
Del lado exclusivo de los balances de las entidades, se observa por el contrario una clara mejora de los índices de rentabilidad y solvencia, en un escenario de creciente orientación hacia el sistema de banca transaccional.
Pese a la notable recuperación de los depósitos y del crédito del sector privado, aún persisten en niveles singularmente bajos en términos de PBI.
Los últimos datos disponibles indican que tanto las imposiciones como los préstamos, se mantienen por debajo de 15% del PBI, entre 10 y 12 puntos menos de los acusaban a fines de 2001.
De ahí que los negocios de la entidades se haya ido concentrando en la denominada banca transaccional, donde los ingresos se generan más por los servicios a los clientes, con un amplio menú de opciones, más que a través de la clasica mediación entre ahorristas e inversores.