Morales: México ’86 fue una bisagra en la historia de mi vida profesional

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Foto Web

Por Víctor Hugo Morales (*)

Es increíble, me han hecho reportajes en Francia, Italia, Inglaterra y en toda Sudamérica, todo por el bendito gol que hizo Diego y que yo tuve la suerte de poder relatar con ese desborde emocional. Después de ese grito de gol, pido disculpas dos o tres veces y lo hice porque en aquel momento me parecía que había sido un gran desborde, una gran locura lo que me había pasado durante la narración.

Difícilmente pueda volver a relatar una jugada como esa en una situación límite como imponía el partido con Inglaterra. Porque si se tratara sólo de la jugada en sí, Lionel Messi ya la hizo contra Getafe: misma acción, mismo recorrido, misma cantidad de jugadores que quedaron en el camino, incluso a una velocidad mayor, pero fue contra Getafe y por el campeonato español.

El gol de Diego fue en un Mundial y nada menos que ante Inglaterra, que como Maradona le decía a sus compañeros, era el rival más importante que la Argentina podía tener. Cuando reviso mis emociones del Mundial ’86, estoy seguro que a la gente le pasó lo mismo, fue mucho más fuerte ganarle a Inglaterra que ganar la final.

Aunque parezca exagerado, creo que con Inglaterra la gente tenía en la cabeza todo lo de la guerra; todos nos mentíamos y decíamos que la guerra es una cosa y el fútbol es otra pero al fin pensábamos que era una posibilidad de once contra once con las mismas armas, con los mismos elementos, sin ayudas externas, para hacer justicia y ver quién era más en algo tan apasionante cómo lo que hicieron los inventores del fútbol, que son los ingleses y los maestros del fútbol que vinieron a ser después los argentinos con los rioplatenses en general.

Así que era un choque formidable, estimulado en el interés con lo que había pasado con la Guerra de Malvinas. En su rol de capitán, cuando salía con sus compañeros a la cancha, Diego les dijo: «Estos tipos nos mataron a nuestros hermanos, a nuestros amigos».

Iban caminando en dos filas hacía la cancha y él les iba diciendo cosas que eran una arenga y todos sentíamos más o menos de una manera parecida. Para mí fue, en términos de pueblo, un gran alivio que el partido se diera de esa manera. Lo único que le faltaba a la Argentina después de la derrota militar era una derrota futbolística de esas que duelen en el alma del pueblo.

En cuanto al relato del segundo gol, creo que lo más interesante fue el concepto de «la jugada de todos los tiempos» porque hoy, después de 30 años, sigue siendo la jugada de todos los tiempos, o sea que ahí reside un acierto interesante.

Sin embargo, lo que quedó en la memoria fue la referencia de «barrilete cósmico». La idea de «barrilete» ya la tenía en mi mente porque Diego ya había recibido esa calificación por declaraciones realizadas antes del Campeonato del Mundo. Durante la competencia, dos, tres o más veces había jugado con eso, lo utilicé cada vez que Maradona hacía una genialidad: «ahí lo tienen al barrilete». Después lo de «cósmico» vino porque en un Mundial, todo es cósmico, todo es galáctico, todo son astros y estrellas.

(*) Especial para Télam.

Fuente: Telam

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