La Banda tuvo el honor de recibir con orgullo a tres Mujeres de Malvinas en el desfile oficial por el 112° Aniversario de la Declaración de Ciudad. Se trata de las enfermeras profesionales Sonia Beatriz Escudero, Elda Solohaga, Ana María Masitto pertenecientes a la Fuerza Aérea y que tuvieron una activa participación asistiendo a los soldados durante el conflicto bélico.
Junto a la profesora Carmen Rouanet, que realizó un importante trabajo de investigación en torno «Mujeres de Malvinas», Sonia Beatriz Escudero, Elda Solohaga y Ana María Masitto brindaron una disertación en el Instituto Superior “Jesús el Maestro”.
A modo de presentación se indicó que las profesionales trabajaron en el Hospital Reubicable de Comodoro Rivadavia. “No portaban armas, pero colaboraron desde diferentes roles en la defensa de nuestra soberanía, en tiempos en que las mujeres no formaban parte de las Fuerzas Armadas”.
En ese contexto, las profesionales de la salud contaron: “Vivíamos situaciones muy difíciles, pero hubo mucho compañerismo, no existía la jerarquía porque todos trabajábamos para salir adelante. Fuimos parte de la logística, rescate de soldados, curamos heridos, brindamos consuelo y apoyo emocional”.
También contaron, “debíamos estar peinadas, maquilladas y con una sonrisa para recibir a los heridos que llegaban en shock o con diferentes cuadros de gravedad. No había tiempo para pensar ni extrañar, nuestro objetivo era ayudar, teníamos miedo pero había que seguir, escuchábamos sirenas y no sabíamos si estaban por bombardear o se trataba de un simulacro”.
El silencio que duró décadas
Pese a las acciones que las hicieron protagonistas en el conflicto bélico que marcó la historia de la República Argentina, Sonia, Elda y Ana María luchan para ser reconocidas como Veteranas de Malvinas.
“Ni siquiera nuestra propia fuerza nos nombró. Todo el personal masculino fue reconocido como Veteranos de Guerra por el Ministerio de Defensa y nosotras no por no haber cruzado a las Islas; sin embargo estuvimos firmes trabajando para asistir a los héroes sin saber si volveríamos a nuestros hogares. Por ello hoy reclamamos por vía judicial, porque somos Veteranas de Guerra aunque no lo quieran reconocer”, subrayaron.
Consultadas sobre el por qué del silencio de décadas, explicaron: “Fue un silencio de muchos años. A algunas nos prohibieron contar lo que se había vivido, otras por no haber recibido asistencia psicológica y como un sistema de defensa simplemente no hablaba del tema”.
Cuando una compañera presentó un problema en su salud mental y fue asistida por un psicólogo que indagó el por qué de su silencio, hizo que tres décadas después se reunieran las denominadas Mujeres de Malvinas para hablar del tema.
“Tras un reencuentro que fue muy movilizante para todas, decidimos salir a contar nuestras vivencias para sanar heridas. En cada lugar donde disertamos decimos pregunten ahora que estamos vivas porque van a descubrir la verdad. No lo están leyendo de un libro cuyo autor cuenta su propia versión, sino la escuchan de quienes experimentamos una guerra”.
Finalmente la profesora Carmen Rouanet cerró la disertación señalando: “Reconocer la labor de las mujeres invisibles de Malvinas es un acto de justicia, porque defendieron la Patria cumpliendo tareas esenciales para salvar la vida de los soldados. Luz y memoria a cada una de ellas que son verdaderas Veteranas de Guerra”.