Cada vez que habla, Javier Mascherano deja una gran cantidad de conceptos. Hoy, en el predio de la AFA, en Ezeiza, el capitán sin cinta de la selección argentina fue el encargado de hablar durante 40 minutos después de atravesar 24 horas convulsionadas para el plantel tras la desafectación por lesión de Sergio Romero. Medido, pausado, pensante, el santafesino no esquivó ninguna pregunta: la lista de 23, Jorge Sampaoli, Lionel Messi, su actualidad en China, Barcelona, Andrés Iniesta y, por supuesto, lo que más le importa por estos días: una previa de Rusia 2018 a la que no le faltan contratiempos. «Voy a ayudar desde el lugar que el entrenador crea conveniente. Soy un soldado que va directo a morir, es la última batalla. Dentro o fuera de la cancha, ese es mi rol hoy en día. Toda mi vida me gané todo a pulmón y trataré de ponérselo difícil a Jorge, sea como marcador central o como volante. Acepto el rol que me toque».
A los 33 años, y con 142 partidos con la camiseta albiceleste, Mascherano está a las puertas de participar en su cuarto Mundial. Vivió por y para la Argentina desde las selecciones menores y ahora se siente listo para su último desafío grande, Rusia 2018.«Es un deporte colectivo, no tomo esto como un reto individual. Sería un gran error pensarlo de manera solitaria. Esta será mi última chance y para otros también. Ojalá que podamos estar a la altura de la competencia. Ya vimos en los últimos años que a veces te faltan dos centímetros para ganar una final, son detalles. Lo más importante es mostrar una selección competitiva».
El cimbronazo tuvo rebote en todo el mundo. Y Mascherano también habló de la repercusión interna tras la salida de Sergio Romero por una lesión en la rodilla derecha. Un resentimiento de la estructura tras la partida de quien custodia el arco argentino desde el 9 de septiembre de 2009. «Chiquito es una baja muy sensible para nosotros, no solamente en lo futbolístico sino también en lo humano. Sergio es el arquero que lleva casi 10 años como titular en la selección, es uno de los jugadores con más partidos en la historia y ahora tenemos que sufrir con su salida. Cuando nos tocó despedirlo le deseamos lo mejor en la operación. Eso sí: son cosas del fútbol que le pueden suceder a cualquiera. Ahora nuestros mejores deseos están con Nahuel Guzmán». A lo de Romero además se le añade que Lucas Biglia y Gabriel Mercado también llegaron a los entrenamientos en Ezeiza con algunas dudas acerca de la forma física de ambos. «Sufrimos imprevistos en las últimas semanas que trastocaron los planes de Sampaoli, es cierto. Pero eso no implica que para el debut contra Islandia él no pueda contar con los 23 jugadores disponibles. Eso sería lo ideal para la Argentina», expresó el ex futbolista de River.
Mucho se habló en este tiempo acerca de la posición de Mascherano dentro del campo de juego. ¿Marcador central o volante? Las lesiones mencionadas, inclusive, trastocaron los planes de Sampaoli en el diagrama final de la nómina. Un detalle: el Jefecito apareció en la lista de 35 apuntado como defensor y luego pasó a la línea de volantes una vez que el casildense entregó la nómina el último lunes. «Voy a sumar desde el espacio que sea. Nunca me sentí dueño de una posición o de un lugar en el equipo. El seleccionado te hace rendir examen permanentemente, por la calidad de jugadores que hay. Soy de las personas que tratan de sumar desde donde le toque», dijo. Y agregó, en función al juego: «Tenemos que estar convencidos para hacer lo que dice Jorge. Requiere valentía, riesgos. Para eso es fundamental estar bien de la cabeza y no claudicar ante nada. Eso es lo que él quiere, apunta a estar todo el tiempo convencidos, que esa es la forma y hay que mantenerla siempre. El equipo no puede deformarse como ya nos pasó en varios partidos, porque eso declina la balanza», resaltó. «La idea de la Argentina va a ser desde la posesión y evitando las transiciones. Ojalá que podamos controlar todas las facetas del juego. El hecho de exhibir diferentes facetas te convierten en imprevisible. El fútbol es ocupar los espacios, es fundamental. Eso es tratar de organizarse bien y contar con una estructura».
Para el ex jugador de Barcelona será también su primera vez con Franco Armani como compañero. El arquero es una de las caras nuevas de este proceso. «Todavía no conocemos a Franco, pero la mayoría ha estado en alguna convocatoria o un seleccionado juvenil. Es fundamental armar un muy buen grupo, Sampaoli va a necesitar de los 23. En un Mundial los que no juegan son mucho más importantes de lo que la gente cree».
Ayer por la mañana Mascherano se reencontró con su gran amigo, Lionel Messi. La presencia del astro de Barcelona le genera tranquilidad. «Quizás el hecho de no compartir club con Leo nos hace perder el día a día, pero el contacto permanente lo tenemos. Si está Messi todo es más fácil, eso siempre va a ser así. De momento no nos alcanzó, pero tampoco estuvimos tan lejos en las finales. Nos superó Alemania y no en el juego, sino en el resultado. El fútbol es muy caprichoso, inentendible. Tenemos en claro que el Mundial no es sencillo pero contamos con argumentos para competir. Hoy sería un gran error empezar a pensar en la final. El primer partido será crucial para generar confianza y buena dinámica». Y dijo que la concentración en Ezeiza servirá para buscar algo que extraviaron en los últimos meses: confianza. «Hoy no podemos pensar en ser campeones del mundo, precisamos generar un buen clima, juntarnos, hacer piña, conversar. Pero eso no implica que de acá a un mes la realidad sea diferente».
Con Sergio Agüero y Mascherano a la vanguardia, las primeras caras de los seleccionados empezaron a verse en Ezeiza desde el 15 de mayo, a pesar de que la concentración resultaba optativa. «El hecho de venir a entrenar con antelación no significa nada, antes de un Mundial es lo mínimo que puedo hacer. Y reconozco mi situación: no es la misma que hace cuatro años. Sé que puedo aportar cosas, sé en lo que fallo, pero siempre doy lo mejor de mí y soy responsable del lugar que ocupo. Quiero estar a la altura de la situación».
En diciembre de 2017 Mascherano decidió abandonar Barcelona para situarse en el fútbol del mercado chino, en Hebei Fortune. En este país, admite, se siente mejor que lo que él incluso se imaginaba, aunque no es sencilla la adaptación. «Yo cerré una etapa en Barcelona, esta en Asia es absolutamente nueva. Lo de China es todavía un poco raro, pero no tengo dudas ni reclamos internos», asegura. «No quiero hacer demagogia, sería fácil decir que fui a buscar a China minutos para la selección. Yo no puedo tomar una decisión de vida sólo pensando en la Argentina. Pero estaba claro que en Barcelona se hacía cada vez más difícil jugar. Valverde tenía una base y no encontré presencia en la rotación. Intenté una salida, aunque no es fácil irse de un club tan grande. Además, sé que me tenían cariño».
Además, Mascherano reconoció un contacto con el club que lo vio nacer, River. «Hablé con Francescoli, era una opción, pero había que poner dinero y sería caradura de mi parte hacerle poner plata a River. Lo de China no sólo me cerraba en lo económico y en ganar minutos de juego, sino que volví a sentirme jugador. Soy feliz jugando al fútbol, no me importa dónde. Me convencí de que era lo mejor».
Para Mascherano, por ahora, tampoco es tiempo de realizar balances. Su gran sueño, admite, sería sentarse a pensar en su trayectoria en el seleccionado después del domingo 15 de julio, tal vez en Moscú. «Jamás me imaginé todo el recorrido que tuve con la Argentina, no lo voy a negar. Fue un sueño, algo inimaginable. Pero no es momento de hacer el análisis, lo voy a hacer cuando cierre la etapa. Tengo un mes y medio para realizarlo. Y ojalá que sea de la mejor manera».
Frase a frase, todo lo que dijo Mascherano
- «Antes de 2014 no éramos favoritos, en la fase de grupos había muchas dudas. Pero nos acomodamos y mejoramos. El Mundial es diferente, no podemos guiarnos por los pensamientos que lleguen desde afuera. Tenemos que hacerlo con nuestras sensaciones. El resultado con España está latente, eso es real, pero eso no implica que a la hora de preparar el Mundial tenga que jugarnos en contra».
- «En la Copa América de Estados Unidos lo único que servía era ser campeón, lo sentíamos, llegábamos en un nivel ascendente. Y previo a la final era el sentimiento general del grupo. Después de esa final con Chile pasamos por miles de cosas, clasificamos en el último minuto a Rusia y hay que ser realistas: hay otras selecciones que tienen un gran nivel y nosotros todavía no pudimos mostrar un rendimiento como para estar a la altura de ellos. De todos modos, eso no implica que la Argentina no pueda ser candidata ni competitiva. Es un gen competitivo natural que tiene este equipo».
- «Yo no me encontré a una sola persona en la calle que me dijera por qué perdimos las tres finales. En la calle, hoteles, restaurantes: todos muestran agradecimiento, valoran lo poco o mucho que hemos hecho. Lo vamos a volver a intentar, es nuestra obligación. Vamos a dar todo para que la Argentina haga el mejor Mundial posible. Prometer buenos resultados ya sería hacer demagogia».
- «Analizo el tema de tantos entrenadores en la Argentina desde la mala suerte y el destino. Cada vez que la selección se encontraba en su pico de rendimiento el DT se iba. Con Sabella lo hicimos en el Mundial y decidió no continuar. Con Martino nos costó, tenía otra idea de juego, pero en la Copa América Centenario mejoramos y luego él decidió irse. Después tuvimos que tapar agujeros como pudimos. Bauza estuvo poco tiempo y en el tramo final llegó Sampaoli con mil urgencias, con la dificultad de una vara altísima y con la necesidad de clasificar sí o sí a Rusia. No entrar a la Copa del Mundo hubiera sido una locura».
- «Pablo Aimar nos ayuda, se involucra, aporta otra mirada. Es una pieza importante en la parte técnica y el factor humano».
- «Hablé con Iniesta en estos días, sí. Es una institución dentro de Barcelona, uno de los mejores jugadores del mundo en su puesto. Tenemos una gran relación».
