A pesar de mantener un bajo perfil, Baillères fundó la segunda compañía minera más grande de México líder en producción de plata, Industrias Peñoles, lo que le valió el apodo de «el rey de la plata» en los medios mexicanos.
Ganadero y fanático de la fiesta brava, constituyó desde firmas aseguradoras hasta minoristas, conglomerándolas a casi todas en su Grupo BAL. En abril se jubiló y cedió a uno de sus hijos la presidencia del consejo de administración de las cinco principales compañías del grupo.
«Las empresas que conforman Grupo BAL informan con profunda tristeza la irreparable pérdida de Don Alberto Baillères (…) quien falleció anoche, el día 2 de febrero en la Ciudad de México», dijo el Grupo BAL en un comunicado.
«Agradecemos a Don Alberto su intachable ejemplo y extraordinario legado (…) Lo recordaremos como empresario visionario, mexicano ejemplar, romántico soñador que triunfó y superó sus metas y, sobre todo, como el maravilloso ser humano que fue», agregó.
Su imperio incluyó Fresnillo, una compañía minera listada en la bolsa de Londres; El Palacio de Hierro, una famosa cadena de tiendas departamentales; y Grupo Nacional Provincial, una de las mayores aseguradoras del país.
Grupo BAL creó en 2015 una compañía para incursionar de lleno en la exploración y explotación de hidrocarburos en México, Petrobal, meses después de una histórica apertura del sector energético a la inversión privada en México.
Padre de siete hijos, Baillères fue presidente de la Junta de Gobierno del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) por cuatro décadas. Su padre, Raúl, un millonario autoforjado, fundó esa universidad sin fines de lucro en 1946.
Más allá de sus empresas, su influencia en la economía nacional a través del ITAM fue innegable. Los egresados de la universidad dominaron la política económica de México durante décadas.
Secretarios de Hacienda, gobernadores del banco central y hasta un presidente del país son algunos de los personajes más prominentes que pasaron por las aulas del ITAM.
«La vida extraordinaria de Don Alberto Baillères dejó profunda marca en el país que tanto quiso. Transformó cada uno de los sectores y vidas que tocó. Su legado académico en el ITAM es invaluable», aseguró José Antonio Meade, egresado de esa casa de estudios y exsecretario en administraciones pasadas.
El empresario también fue un apasionado por las artes. Se desempeñó como presidente de la Asociación Mexicana de Cultura y creó la Fundación para las Letras Mexicanas.
Aunque Baillères nunca quiso ser centro de atención, era fotografiado regularmente disfrutando de eventos de la alta sociedad y presidiendo fiestas organizadas en sus tiendas El Palacio de Hierro.
También fue propietario de un enorme yate de 92 metros llamado Mayan Queen, que navegaba a puertos tan lejanos de México como Tallin, Estonia, y Sidney, Australia.
Baillères asistió a una escuela militar en Estados Unidos cuando era adolescente, para después graduarse del ITAM con una licenciatura y un doctorado en Economía. Fue galardonado con un doctorado honoris causa en 1999.
«Hoy perdimos a un gran amigo y maestro. Descanse en paz nuestro muy querido Alberto Baillères, ejemplo de empresario comprometido por su país y por su gente», dijo Antonio del Valle Perochena, presidente del Consejo Mexicano de Negocios (CMN), un organismo que reúne a los principales ejecutivos de México. (Reporte de Diego Oré y Julia Cobb; Reporte adicional de Noé Torres; Editado por Miguel Angel Gutiérrez).
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